¡ABRE QUE ESTÁN TOCANDO!
’Yo estoy a tu puerta, y llamo; si oyes mi voz y me abres, entraré en tu casa y cenaré contigo.
Apocalipsis 3:20 TLA
Cada creyente tiene el privilegio de cenar con su Señor, de tener comunión con su Salvador, de permanecer en una relación estrecha y de amor con su Creador, de saber los secretos de su Reino y la herencia Celestial; sin embargo en ocasiones es difícil OIR su voz a causa de todos los distractores que el mundo ofrece, el ruido de la vida , los afanes, los deseos materialistas, el egoísmo, las preocupaciones, los problemas, quieren captar la atención de los hijos de Dios, todas esas cosas impiden que percibamos su voz, y cada vez nos hace menos sensibles, hasta el punto de perder completamente la conexión con el Señor; en el texto bíblico enunciado Jesús se dirige a su iglesia diciéndole que permanece todo el tiempo tocando la puerta de nuestro corazón, habla en presente "YO ESTOY A TU PUERTA Y LLAMO"
¿Cuántas veces puede estar el Señor tocando, llamando la atención para hablar a nuestra vida y tener el corazón endurecido? Puede ser que aunque se asista a la congregación, se participe de alguna reunión o se lea un pasaje bíblico haya insensibilidad y dureza.
Recuerden lo que dice: «Cuando oigan hoy su voz, no endurezcan el corazón como lo hicieron los israelitas cuando se rebelaron». ¿Y quiénes fueron los que se rebelaron contra Dios a pesar de haber oído su voz? ¿No fue acaso el pueblo que salió de Egipto guiado por Moisés?
Hebreos 3:15-16 NTV
Jesús es claro al decir que solo entra a cenar con sus hijos cuando le escuchan y le abren la puerta, es probable que se le oiga y sin embargo no se le permita entrar; es como si ignoraramos a aquel que toca y toca y toca la puerta de nuestra casa, es negar el acceso a una visita, es no atenderle teniendo el conocimiento de lo que estamos haciendo, su deseo es que le permitamos entrar en nuestro corazón para hacer una transformación en nosotros, su anhelo es que nuestra vida sufra un cambio para mejorar, somos nosotros los principales beneficiados haciendo que de verdad sea nuestro Dios.
Les daré integridad de corazón y pondré un espíritu nuevo dentro de ellos. Les quitaré su terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo, para que obedezcan mis decretos y ordenanzas. Entonces, verdaderamente serán mi pueblo y yo seré su Dios.
Ezequiel 11:19-20 NTV
¿Escuchas?
¡ABRE QUE ESTÁN TOCANDO!
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
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