ADREDE
Queridos amigos, si seguimos pecando a propósito después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda ningún sacrificio que cubra esos pecados. Solo queda la terrible expectativa del juicio de Dios y el fuego violento que consumirá a sus enemigos. Pues todo el que rehusaba obedecer la ley de Moisés era ejecutado sin compasión por el testimonio de dos o tres testigos. Piensen, pues, cuánto mayor será el castigo para quienes han pisoteado al Hijo de Dios y han considerado la sangre del pacto, la cual nos hizo santos como si fuera algo vulgar e inmundo, y han insultado y despreciado al Espíritu Santo que nos trae la misericordia de Dios.
Hebreos 10:26-29 NTV
La palabra adrede es la mejor definición que pude encontrar para lo que nos quiere decir el Señor en la anterior porción de las escrituras; según el diccionario es algo con la intención de causar un determinado efecto, y no por descuido o sin intención.
Pecar a propósito es no darle al Señor el valor a su sangre derramada en la Cruz y lo más impactante es como lo menciona el texto bíblico, practicar el pecado intencionalmente es pisotear al mismo Jesús y tener por inmunda su preciosa sangre.
Todos como seres humanos, estamos en condición vulnerable y Satanás permanentemente querrá hacernos caer; es muy diferente pecar sin intención a hacerlo deliberadamente, solo el Señor conoce nuestros corazones y sabe muy bien que hay dentro de cada uno de nosotros.
Dios mío, tú me conoces muy bien; ¡sabes todo acerca de mí! Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; ¡aunque esté lejos de ti, me lees los pensamientos! Sabes lo que hago y lo que no hago; ¡no hay nada que no sepas!
Salmos 139:1-3 TLA
Es muy importante que hagamos un examen de consciencia y ahora que estamos vivos, y tenemos la esperanza de ver al Señor, nos pongamos en paz con Él, Pidámosle perdón, si aún hay algún pecado que estemos practicando, Él está presto para limpiarnos y si desconocemos en qué lo estamos ofendiendo también debemos orar para que nos muestre cómo hacer su voluntad.
Pero si reconocemos ante Dios que hemos pecado, podemos estar seguros de que él, que es justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad. Si decimos que nunca hemos hecho lo malo, hacemos que Dios aparezca como un mentiroso, y no hemos aceptado el mensaje que él nos ha dado.
1 Juan 1:9-10 TLA
Gracias Padre, porque hoy nos das la oportunidad una vez más de ponernos en paz contigo, sabemos que tienes toda tu misericordia y perdón para aquel que se acerca con un corazón arrepentido, por medio de Jesús nos acercamos a darte toda la gratitud por tu amor incondicional y le damos el valor al sacrificio entregado en la Cruz, Amén.
Dios te bendiga
Julia Andrea Bustamante
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