ALEGRÍA ¡UN BUEN REMEDIO!

 

No hay mejor medicina que tener pensamientos alegres. Cuando se pierde el ánimo, todo el cuerpo se enferma.

Proverbios 17:22 TLA

Para estos tiempos que hemos estado viviendo a nivel mundial, las pruebas, aflicciones y una cantidad de circunstancias familiares o personales en los que sería lógico sentirnos tristes y desanimados es necesario aplicar el texto bíblico inicial, pues un corazón triste puede enfermar nuestro cuerpo.

Se puede decir que tenemos todos los motivos para estar felices, a pesar de las situaciones que estemos viviendo, las siguientes son algunas de las razones que nos deben recordar que debemos estar alegres:

1. El amor y misericordia que Dios nos tiene es desde la eternidad y hasta la eternidad.

Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.

Jeremías 31:3 RVR1960

2. La compasión y ternura de nuestro Padre Celestial está disponible todo el tiempo, podemos ir a sus brazos para ser abrazados por Él cada día.

El Señor es como un padre con sus hijos, tierno y compasivo con los que le temen.

Salmos 103:13 NTV

3. Dios nos tiene preparadas cosas tan maravillosas que no alcanzamos a imaginarnos, será tan sorprendente que nuestra mente humana no alcanza a dimensionar, por ello debemos esperar felices.

A eso se refieren las Escrituras cuando dicen: Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente ha imaginado lo que Dios tiene preparado para quienes lo aman.

1 Corintios 2:9 NTV

4.  Llegará un día que veremos al Rey del Universo cara a cara y estaremos con Él para siempre.

Ahora conocemos a Dios de manera no muy clara, como cuando vemos nuestra imagen reflejada en un espejo a oscuras. Pero, cuando todo sea perfecto, veremos a Dios cara a cara. Ahora lo conozco de manera imperfecta; pero cuando todo sea perfecto, podré conocerlo como él me conoce a mí.

1 Corintios 13:12 TLA

Recordemos que ninguna prueba es para siempre, todo pasará, estemos alegres para mantener sanidad y fuerza en nuestro cuerpo, tenemos un Dios que nos ama y vela por nosotros.

Dios te bendiga

Julia Andrea Bustamante