¡ANDEMOS BIEN!
Yo pues, preso en el Señor, os ruego que ANDÉIS como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;
Efesios 4:1-3 RVR1960
El andar del creyente implica vivir de acuerdo con los principios y enseñanzas de la Palabra de Dios. En la lectura encontramos unos aspectos clave del andar del creyente:
Humildad y mansedumbre: Como creyentes, debemos seguir el ejemplo de Jesús, quien se humilló a sí mismo y fue manso en todo momento. La humildad nos ayuda a reconocer nuestra dependencia de Dios y a tratar a los demás con respeto y amor.
Paciencia y amor: El andar del creyente implica ser pacientes y amorosos con los demás, incluso cuando nos enfrentamos a desafíos y diferencias. Debemos esforzarnos por mantener la unidad del Espíritu, buscando la paz y el bienestar de nuestros hermanos en Cristo.
Perseverancia y fidelidad: El andar del creyente implica perseverar en nuestra fe y ser fieles a Dios en todas las circunstancias. Aunque enfrentemos dificultades y tentaciones, debemos confiar en la fortaleza que Dios nos brinda y seguir adelante en obediencia a su Palabra.
En resumen, el andar del creyente implica vivir una vida de humildad, mansedumbre, paciencia, amor, perseverancia y fidelidad a Dios. Es un llamado a reflejar el carácter de Cristo en todas nuestras acciones y decisiones. A medida que nos acercamos a Dios en oración, estudio de la palabra y comunión con otros creyentes, seremos capacitados para vivir de acuerdo con su voluntad.
El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo
1 Juan 2:6 RVR1960
¡ANDEMOS BIEN! andemos como Jesús
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
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