¡CELOSO ES!

 


"Porque tú no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios CELOSO ES" 

Éxodo 34:14


La palabra "celoso" en relación con Dios puede parecer extraña al principio. A menudo asociamos los celos con inseguridad y posesividad, emociones que no parecen dignas de Dios. Sin embargo, cuando la Biblia dice que Dios es celoso, significa que Él desea ardientemente nuestra devoción y amor, no porque lo necesite, sino porque sabe que es lo mejor para nosotros, pues ningun otro ser creado podrá satisfacer ninguna necesidad que tenga el ser humano.


Dios nos creó para estar en una relación íntima con Él. Él sabe que cuando ponemos nuestra confianza, amor y adoración en otras cosas, nos alejamos de Su propósito y plan perfecto para nuestras vidas. La celosía de Dios es una expresión de Su amor apasionado y protector hacia nosotros. Él no quiere compartirnos con ídolos que nos destruyen, ya sean materiales, emocionales o espirituales, pues en absolutamente ningún ídolo tendremos la solución para nuestras carencias.


No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso." 

Éxodo 20:3-5


En un mundo lleno de distracciones y tentaciones, es fácil desviar nuestra atención y devoción. Podemos convertir nuestro trabajo, relaciones, dinero o incluso nosotros mismos en ídolos. Pero Dios, en Su celosía, nos llama a volver a Él con todo nuestro corazón.


Oremos:

Señor, gracias por tu amor celoso. Gracias porque te importamos tanto que no quieres vernos desviar hacia cosas que no pueden satisfacer nuestro corazón. Ayúdanos a mantenerte a Ti como nuestra prioridad máxima. Limpia nuestro corazón de cualquier cosa que compita con Tu amor y devoción. Enséñanos a amarte y adorarte con todo nuestro ser. En el nombre de Jesús, amén.


¿Qué tal si nos tomamos un momento para examinar nuestra vida. ¿Será que hay algo que haya ocupado el lugar de Dios en nuestro corazón? Puede ser una actividad, una persona, una meta o un deseo. Pidamosle a Dios que nos muestre y nos ayude a ponerlo a Él en el primer lugar de nuevo. Confiemos en que Su celosía no es para controlarnos, sino para protegernos y guiarnos hacia una vida plena y abundante en Él.


Dios te continúe bendiciendo 


Julia Andrea Bustamante 



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