COMO BURRITOS DESATADOS
Jesús terminó de hablar y siguió su camino hacia Jerusalén. Cuando llegó cerca de los pueblos de Betfagé y Betania, se detuvo junto al Monte de los Olivos. Allí les dijo a dos de sus discípulos: «Vayan al pueblo que está allá. Tan pronto entren, van a encontrar UN BURRO ATADO. Nadie ha montado antes ese burro. Desátenlo y tráiganlo. Si alguien les pregunta por qué lo desatan, respondan: “El Señor lo necesita.”» Los dos discípulos fueron al pueblo y encontraron el burro, tal como Jesús les había dicho. Cuando estaban desatándolo, los dueños preguntaron: —¿Por qué desatan el burro? Ellos contestaron: —EL SEÑOR LO NECESITA. Luego se llevaron el burro, pusieron sus mantos sobre él, y ayudaron a Jesús para que se montara. Jesús se dirigió a Jerusalén, y muchas personas empezaron a extender sus mantos en el camino por donde él iba a pasar. Cuando llegaron cerca del Monte de los Olivos y empezaron a bajar a Jerusalén, todos los seguidores de Jesús se alegraron mucho. Todos gritaban y alababan a Dios por los milagros que Jesús había hecho, y que ellos habían visto. Decían: «¡Bendito el rey que viene en el nombre de Dios! ¡Que haya paz en el cielo! ¡Que todos reconozcan el poder de Dios!»
Lucas 19:28-38 TLA
Es especial ver cómo un burrito, fue tan útil para que se cumpliera el propósito de Dios. Un ser sencillo, sin fama, pudo llevar al Rey Salvador de la humanidad hacia Jerusalén para su ministerio terrenal. Al pasar por aquella ciudad los elogios eran para aquel que merece y es digno de toda alabanza, ningún ser humano puso los ojos en el burro, todas las miradas y admiración eran para el Mesías anhelado. Al igual que aquel burrito debemos ser cada uno de nosotros, pasar desapercibidos mientras ofrecemos el servicio a Dios y reconocer que todo lo que hagamos debe darle Gloria y honor al Señor.
Grande es el Señor y digno de toda alabanza; su grandeza es insondable.
Salmo 145:3 NVI
De la misma manera que Jesús hizo que el burrito fuera desatado porque lo necesitaba, es necesario que nosotros seamos libres para servirle, solo en libertad podemos llevar a cabo la tarea que nos es encomendada por nuestro Dios, un buen ejemplo de esto sucedió con María Magdalena, recibió libertad para servir a Jesús, en el siguiente texto observamos que en ocasiones la llevaba consigo para la obra del ministerio, sin ser muy reconocida era útil.
Poco después, Jesús comenzó un recorrido por las ciudades y aldeas cercanas, predicando y anunciando la Buena Noticia acerca del reino de Dios. Llevó consigo a sus doce discípulos, junto con algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malignos y enfermedades. Entre ellas estaban María Magdalena, de quien él había expulsado siete demonios;
Lucas 8:1-2 NTV
Tu y yo somos como BURRITOS DESATADOS, Dios nos necesita para ser portadores de su Gloria y esparcirla por dónde Él quiere.
Pero, ¡gracias a Dios que siempre nos lleva en el desfile victorioso de Cristo! y dondequiera que vamos nos usa para hablar a otros y para esparcir el evangelio como perfume fragante. Para Dios somos como la fragancia de Cristo; olor que llega a los que se salvan y a los que se pierden.
2 Corintios 2:14-15 NBV
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
Comentarios
Publicar un comentario