CON JESÚS EN LA BARCA

 

Y cuando ellos subieron a la barca, se calmó el viento.

 (Mateo 14:32, RVR1960).  

Este versículo ocurre después de uno de los milagros más asombrosos de Jesús: caminar sobre el agua. Pedro, lleno de fe pero también de temor, intentó imitar a su Maestro, pero al distraerse por el viento y las olas, comenzó a hundirse. Jesús lo sostuvo y, al subir ambos a la barca, la tormenta cesó.  

Las dificultades (simbolizadas por el viento y las olas) pueden parecer abrumadoras, pero cuando Jesús entra en tu "barca" tu vida, tus circunstancias son transformadas en paz. No es hasta que Él toma el control que la calma llega.  

Pedro dudó, pero Jesús no lo abandonó. Aunque a veces nuestra fe flaquee, Él sigue extendiendo Su mano para rescatarnos (v. 31).  

El mismo que calmó el viento con Su presencia es quien gobierna tus luchas hoy. Confía en que Él tiene autoridad para traer serenidad a tu corazón y a tu situación.  

Invita a Jesús a tu "barca,  Entrega tus ansiedades en oración

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.  Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. 

 (Filipenses 4:6-7).  

 No te concentres en las olas, sino en Su poder.

puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

(Hebreos 12:2).  

Declara Su paz: Profetiza calma sobre tus circunstancias, como Jesús lo hizo 

Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. 

(Marcos 4:39).  

Oremos:

Señor Jesús, reconozco que sin Ti mi vida es como una barca sacudida por la tormenta. Hoy subo a Tu presencia y declaro que Tú eres mi paz. Calma los vientos de mis temores y ayúdame a confiar en Tu soberanía. Amén.

¡Recuerda! Cuando Jesús está en tu barca  ;LA TORMENTA SE CALMA.

Dios te continúe bendiciendo 

Julia Andrea Bustamante 

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