¿CUÁL ES TU DESESPERO?
Como un ciervo busca agua fresca cuando tiene sed, así me DESESPERO yo buscándote, Dios mío.
Salmos 42:1 PDT
Es común que al escuchar la palabra "desespero" lo asociemos con impaciencia, falta de esperanza, pérdida de confianza o deseo intenso por una respuesta.
En el texto anterior encontramos que la palabra "desespero" puede ser bien aprovechada, pues todo aquel que busca el agua viva del Señor y no en otra fuente, jamás será rechazado.
Dios mío, tú eres mi Dios, desesperado te busco. Mi alma tiene sed de ti; todo mi ser suspira por ti, como la tierra seca y árida desea el agua. Porque tú me ayudas, y a la sombra de tus alas canto de alegría. Me aferro a ti, tu mano derecha me sostiene.
Salmos 63:1, 7-8 PDT
Es un buen momento para que nos hagamos un autoanálisis:
¿Qué nos hace desesperar? ¿las tribulaciones, las pruebas, los deseos personales? ¿o nos desesperamos por estar a los pies del Señor, por experimentar su paz, su presencia? ¿anhelo vivir su palabra?
Buscar a Dios de manera desesperada hace que nos encontremos con el Rey del universo, somos transformados y aceptados. Ninguna persona que se haya encontrado con Jesús de manera real, vuelve a ser la misma.
Con la cara descubierta, todos nos quedamos mirando fijamente la gloria del Señor, y así somos transformados en su imagen cada vez con más gloria. Este cambio viene del Señor, es decir, del Espíritu.
2 Corintios 3:18 PDT
¿Cuál es tu desespero?
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
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