CUATRO PROMESAS

 


Tú me dijiste: «Yo te voy a INSTRUIR; te voy a ENSEÑAR cómo debes portarte. Voy a darte buenos CONSEJOS y a CUIDAR siempre de ti.

Salmos 32:8 TLA


En el anterior texto de las escrituras, el Señor nos regala  cuatro maravillosas promesas, en  las cuales debemos meditar, guardar, creer, esperar y expresar como el Salmista ¡TÚ ME DIJISTE!


1. El Señor nos INSTRUYE por medio de su palabra, en ella está la sabiduría que necesitamos; cuando nos haga falta instrucción podemos acudir al que nos hizo la promesa.


Aférrate a la instrucción, no la dejes escapar; cuídala bien, que ella es tu vida.

Proverbios 4:13 NVI



2. El Señor nos ENSEÑA provechosamente, es nuestro Maestro por excelencia, siempre está presto a impartir de su conocimiento a quien se lo pide con un corazón enseñable.


Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia,

2 Timoteo 3:16 NVI


3. El Señor es nuestro CONSEJERO; sus palabras nos ayudan a tomar las mejores decisiones, a descansar en sus promesas y aún en las noches mientras dormimos nos ministra de su consejo.


Bendeciré al Señor, que me aconseja; aun de noche me reprende mi conciencia.

Salmo 16:7 NVI


4. El Señor es nuestro CUIDADOR, Él es nuestro refugio, quien nos protege y nos guarda, descansar en Él debe ser nuestro diario vivir.


Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.

1 Pedro 5:7 NVI


Las anteriores promesas están a nuestro alcance; está en nuestras manos reclamarlas, disfrutarlas y crecer espiritualmente con ellas.


Dios te continúe bendiciendo


Julia Andrea Bustamante


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