¿DE ABAJO O DE ARRIBA?
Las Escrituras nos dicen: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente», pero el último Adán —es decir, Cristo— es un Espíritu que da vida. Lo que primero viene es el cuerpo natural, y más tarde viene el cuerpo espiritual. Adán, el primer hombre, fue formado del polvo de la tierra, mientras que Cristo, el segundo hombre, vino del cielo. Los que son terrenales son como el hombre terrenal, y los que son celestiales son como el hombre celestial. Al igual que ahora somos como el hombre terrenal, algún día seremos como el hombre celestial.
1 Corintios 15:45-49 NTV
El anterior texto nos debe llenar de felicidad y de esperanza, el apóstol Pablo nos explica que la resurrección de Jesucristo es la clave para nuestra propia resurrección y transformación. Como creyentes, podemos tener la seguridad de que algún día seremos transformados y viviremos para siempre con nuestro Señor y Salvador, es una promesa maravillosa que nos hace nuestro buen Dios; aunque tengamos que padecer dolencias, enfermedades por nuestro cuerpo corruptible, tenemos la seguridad de ser renovados y transformados para siempre, sin dolor, sin enfermedad, cada prueba que tenemos es momentánea, todo pasará, la transformación que Dios nos ofrece será para siempre y la vamos a poder experimentar aquellos que esperamos con paciencia aquel día Glorioso.
no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
2 Corintios 4:18 RVR1960
Dios pide de nosotros poner los ojos en Él, todo lo que está en este mundo es perecedero, aquello que en este mismo instante nos está preocupando , angustiando también tendrá su fin, en aquello que esté centrada nuestra atención nos da la posición si somos TERRENALES O CELESTIALES, ¡Que nuestros ojos sigan bien puestos!
Mantengamos fija la mirada en Jesús, pues de él viene nuestra fe y él es quien la perfecciona. Él, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz y no le dio importancia a la vergüenza que eso significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.
Hebreos 12:2 NBV
Es necesario reconocer nuestra posición de hijos, aunque vivamos en una casa terrenal sin comodidades, nos espera un lugar preparado para quienes le amamos y lo mejor con cuerpos transformados por su Gloria.
En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo y de allí esperamos al Salvador, el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo miserable para que sea como su cuerpo glorioso. Esto lo hará por medio del poder con el que domina todas las cosas.
Filipenses 3:20-21 NBV
!Recuerda que NO ERES DE ABAJO, ERES DE ARRIBA!
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
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