DE LOS POCOS
Porque muchos son llamados, y POCOS escogidos.
S. Mateo 22:14 RVR1960
Esta declaración fue hecha por Jesús en el contexto de una parábola que contaba sobre un rey que invitó a muchas personas a las bodas de su hijo, pero solo unos pocos aceptaron la invitación y asistieron.
En este pasaje, Jesús está enseñando sobre el Reino de los Cielos y la respuesta de las personas a la invitación de Dios. La frase implica que aunque Dios llama a muchos, solo UNOS POCOS responden y son elegidos para formar parte de su Reino, los MUCHOS prefieren continuar en el mundo, en pos de su propios ídolos, en las tradiciones humanas que seguir al Señor.
La enseñanza detrás de esta frase es que no basta con ser llamado o invitado por Dios, sino que también es necesario responder a ese llamado y vivir de acuerdo con los principios y mandamientos de Dios. Ser elegido implica una respuesta activa y una entrega TOTAL a Dios.
Es importante tener en cuenta que esta frase no significa que Dios sea injusto o que seleccione a algunas personas de forma arbitraria. Más bien, nos recuerda que la elección de Dios está basada en su gracia y misericordia, y que nuestra respuesta a su llamado es crucial.
¿Cuál debe ser nuestra respuesta cuando Dios nos llama?
Primero, debemos reconocer que el llamado de Dios es una muestra de su gracia y amor hacia nosotros. Él nos invita a tener una relación íntima con Él y a experimentar su salvación y bendiciones. No debemos tomar este llamado a la ligera, sino que debemos valorarlo y responder con gratitud y humildad, El está siempre a la puerta llamando porque quiere estar en comunión con nosotros.
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Apocalipsis 3:20 RVR1960
Segundo, la respuesta adecuada al llamado de Dios es aceptarlo y seguirlo. Esto implica arrepentimiento de nuestros pecados, fe en Jesucristo como nuestro Salvador y Señor, y una vida de obediencia a sus mandamientos. No podemos ser parte de los elegidos si no respondemos activamente al llamado de Dios.
Finalmente, recordemos que la elección de Dios no se basa en nuestros méritos o esfuerzos, sino en su gracia y misericordia. No debemos caer en la trampa de la arrogancia espiritual o la autosuficiencia, sino que debemos confiar en la gracia de Dios y depender completamente de Él.
Oremos: Amado Padre, gracias por tu llamado a formar parte de tu Reino. Ayúdame a responder de manera adecuada, reconociendo tu gracia y amor, y siguiendo tus caminos. Dame un corazón humilde y obediente, y ayúdame a confiar en tu elección y en tu poder para transformar mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.
Ser de LOS POCOS escogidos , es una gran bendición, somos privilegiados.
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
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