¡DEJA LA IRA!
¡Ya no sigas enojado! ¡Deja a un lado tu ira! No pierdas los estribos, que eso únicamente causa daño.
Salmos 37:8 NTV
La ira según el diccionario y lo que se conoce comúnmente es un sentimiento de enfado muy grande y violento; todos los seres humanos experimentamos ira de vez en cuando y es una emoción normal, pero cuando la ira es demasiado intensa o se vuelve muy frecuente, puede convertirse en un gran problema. Una persona airada puede sufrir consecuencias en cualquier nivel que se mueva, sea su hogar, su trabajo, con las amistades, en la iglesia; por eso el salmista nos anima a dejar ese sentimiento que puede hacernos gran daño, primero a nosotros mismos y luego a los demás.
Una de las claves para controlar el enojo es aprender a escuchar, por esa razón Dios nos dió dos oídos y una sola boca, la tendencia de los seres humanos es que antes de que nos terminen de hablar ya estamos reaccionando.
Mis queridos hermanos, pongan atención a esto que les voy a decir: todos deben estar siempre dispuestos a escuchar a los demás, pero no dispuestos a enojarse y hablar mucho.
Santiago 1:19 TLA
Una de las consecuencias de permanecer en la ira es que nos llevará a mantener raíces de amargura en nuestro corazón, esas raíces son sentimientos malignos de dolor, odio, orgullo, resentimiento, ira, venganza, desprecio, etc) que se aferra tan impresionante en el corazón que llega hasta lo más profundo del alma, llevando a una vida apartada de la gracia del Señor , contaminando a los que se le acercan.
Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
Hebreos 12:15 RVR1960
La ira es tomada como pecado al no saberla manejar, hace entristecer al Espíritu Santo quien nos selló como redimidos, Él nos ayudará a autocontrolarnos cuando sea necesario.
Además, «no pequen al dejar que el enojo los controle». No permitan que el sol se ponga mientras siguen enojados, No entristezcan al Espíritu Santo de Dios con la forma en que viven. Recuerden que él los identificó como suyos, y así les ha garantizado que serán salvos el día de la redención.
Efesios 4:26, 30 NTV
Negarnos a perdonar nos deja por fuera del reino de los cielos, al albergar enojo contra alguien o alguna situación en especial no permitirá que seamos perdonados y la peor consecuencia de todas, estaremos apartados eternamente del Rey de Reyes y Señor de Señores
Si perdonas a los que pecan contra ti, tu Padre celestial te perdonará a ti; pero si te niegas a perdonar a los demás, tu Padre no perdonará tus pecados.
Mateo 6:14-15 NTV
¡DEJA LA IRA!
Dios te bendiga
Julia Andrea Bustamante
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