DEJARLO TODO
Jesús hizo un llamado claro y radical para aquellos que deciden seguirlo: dejar todo lo que es valioso en este mundo, incluida la familia, para dedicarse plenamente a Él; cabe aclarar que el Señor es fiel defensor de la familia y no quiere ver familias desunidas sin embargo, si son nuestros parientes quienes frenan el total conocimiento y consagración a Dios, necesita que le entreguemos esa área completamente.
»El que ama a su papá o a su mamá más que a mí, no le doy el honor de ser mi seguidor. El que ama a su hijo o a su hija más que a mí, tampoco puede ser uno de mis seguidores.
Mateo 10:37
Observemos que Jesús no niega la importancia de la familia, sino que subraya que el amor por Él debe ocupar el primer lugar en nuestras vidas, por encima de todo lo demás.
«Si alguien viene a mí pero pone en primer lugar a su papá, a su mamá, a su esposa, a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, no puede ser mi seguidor. El que me siga tiene que entregar hasta su propia vida. Si alguien no carga la cruz que se le entrega al seguirme, entonces no puede ser mi seguidor".
Lucas 14:26
Este pasaje puede sonar fuerte, pero en el contexto cultural significa amar menos en comparación con nuestro amor por Dios. Este versículo resalta la disposición que debemos tener para poner a Cristo en primer lugar, aunque eso implique perder relaciones cercanas.
Veamos un claro ejemplo de desprendimiento:
"Y cualquiera que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, mujer, hijos o tierras por mi nombre, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna".
Mateo 19:29
Jesús promete recompensa para quienes renuncian a sus lazos y posesiones terrenales por su causa, asegurándonos que el sacrificio por Él no es en vano. Nos motiva a vivir con fe en las bendiciones eternas, más allá de las pérdidas temporales.
El llamado de Jesús es radical porque requiere que renunciemos a lo que más amamos en la tierra si se interpone entre nosotros y nuestro amor por Él. Aunque puede ser difícil, Él asegura que cualquier cosa que perdamos por su causa será recompensada en mayor medida en la vida eterna. Sigamos confiando en que, al hacer de Cristo el centro, Él cuidará de nuestras relaciones y nos dará la gracia para amarlo sobre todas las cosas.
Oremos: Señor, ayúdame a ponerte siempre en primer lugar y a confiar en que, al seguirte, recibiré mucho más de lo que pueda perder en este mundo. Amén.
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
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