DIOS QUIERE
Un hombre que tenía lepra se le acercó, y de rodillas le suplicó: Si quieres, puedes limpiarme. Movido a compasión, Jesús extendió la mano y tocó al hombre, diciéndole: Sí, quiero. ¡Queda limpio!
Marcos 1:40-41 NVI
En el anterior pasaje de las escrituras vemos a Jesús sanar a un hombre que padecía lepra, una enfermedad contagiosa en la que era necesario permanecer aislado, la Ley de Moisés ordenaba a quienes la sufrían de excluirlos de la comunidad, nadie podía tocarlos por el riesgo de contagio; sin embargo Jesús al escuchar la súplica hecha de rodillas por este hombre necesitado, humillado pidiendole: SI QUIERES puedes limpiarme, lo TOCA, lleno de compasión y lo sana.
Si hoy te sientes como ese leproso que aislaron, rechazaron o si no tienes quien te dé la mano, SÍ tienes al mismo Jesús que tocó al leproso, al mismo que quiso sanarlo, ÉL QUIERE tocarte y sanarte porque también se compadece de ti, el Señor ha visto tus lágrimas, tus súplicas y hoy te dice YO QUIERO.
A veces el pecado que arrastramos del mundo hace que nos señalen, nos rechacen, sin embargo, El Santo, el intachable, sin mancha, puede limpiarnos y perdonarnos de toda maldad, si en verdad estamos arrepentidos y le contestamos las faltas.
Pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
1 Juan 1:9 NTV
No olvides además que Jesús fue el ser más menospreciado y desechado por las personas, por eso se identifica con cada uno de los que así se sienten, nadie en este mundo te va a entender como el Señor Jesús.
Fue despreciado y rechazado: hombre de dolores, conocedor del dolor más profundo. Nosotros le dimos la espalda y desviamos la mirada; fue despreciado, y no nos importó. Sin embargo, fueron nuestras debilidades las que él cargó; fueron nuestros dolores los que lo agobiaron. Y pensamos que sus dificultades eran un castigo de Dios, ¡un castigo por sus propios pecados! Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz; fue azotado para que pudiéramos ser sanados.
Isaías 53:3-5 NTV
¡Jesús sí QUIERE perdonarte y te QUIERE tocar!
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
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