EL AMOR DE UN REY

 





"Estos pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque Él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con Él son llamados y elegidos y fieles."
 Apocalipsis 17:14

Cuando pensamos en un rey, imaginamos poder, riqueza, y un trono elevado. Pero Jesús es un Rey diferente. Él no nació en un palacio, sino en un humilde pesebre. No vino con una corona de oro, sino que aceptó una corona de espinas. No vino a ser servido, sino a servir y dar Su vida por amor a nosotros.

Jesús no necesita demostraciones de poder para probar Su realeza. Su autoridad viene del cielo, y su trono es eterno. La Biblia dice que Él es “Rey de reyes y Señor de señores” (Apocalipsis 19:16), lo que significa que no hay otro poder por encima del Suyo.

En Mateo 21:5, cuando Jesús entra a Jerusalén montado en un burrito, se cumple la profecía: "He aquí, tu Rey viene a ti, manso, y sentado sobre una asna." Este Rey no llega con espadas, sino con paz.

Y aunque muchos no lo reconocieron, Dios lo exaltó hasta lo sumo


"Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre"
Filipenses 2:9

Jesús reina ahora y por siempre. Su reino no es de este mundo, pero transforma el corazón de los que creen en Él. Hoy, puedes invitarlo a reinar en tu vida, no como un jefe severo, sino como un Rey lleno de gracia, verdad y amor.

Por todas esas cosas no me canso de decir que Él es mi Rey, incomparable Señor de Señores, dueño de mi corazón.

Oremos:

Señor Jesús, reconozco que eres el Rey de mi vida. Gracias por venir con humildad y amor para salvarme. Reina en mi corazón, en mis pensamientos y en mis decisiones. Ayúdame a seguirte con fidelidad cada día. Amén.

Dios te continue bendiciendo

Julia Andrea Bustamante


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