EL PELIGRO DE DESVIARSE
El que abandona el buen camino será severamente disciplinado; el que odia la corrección morirá.
Proverbios 15:10 NTV
En este versículo, Salomón nos habla sobre la importancia de la corrección y la disciplina en nuestra vida espiritual. El camino del Señor es uno de crecimiento constante, y parte de ese crecimiento implica aceptar la corrección y la disciplina que Dios nos da a través de Su Palabra, situaciones de la vida, y otras personas.
La disciplina severa que menciona este proverbio se refiere a las consecuencias naturales y divinas que enfrentamos cuando nos alejamos del camino recto. Estas consecuencias no son un castigo sin sentido, sino una oportunidad para volvernos hacia Dios y corregir nuestro rumbo, Dios tiene permanentemente su mirada puesta en nosotros y se va a valer de lo que considere necesario para volvernos a enrutar.
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.
Salmos 32:8 RVR1960
El rechazo a la reprensión es visto como algo peligroso. Aborrecer la corrección significa rechazar la oportunidad de crecer y aprender. Este rechazo nos aleja de la vida abundante que Dios desea para nosotros y, según el versículo inicial, lleva a la muerte espiritual.
El que se encamina por la mala vida será castigado, y el que odia que lo corrijan será destruido.
Proverbios 15:10 PDT
Cuando nos enfrentemos a la corrección, ya sea de Dios, de Su Palabra, o de personas piadosas en nuestra vida, debemos aceptarlo con humildad. Reconocer que es una herramienta para nuestro crecimiento y madurez espiritual.
Debemos reflexionar en nuestros caminos y examinar regularmente nuestra vida y decisiones, si verdaderamente estamos siguiendo el camino que Dios ha trazado para nosotros o si nos hemos desviado. Permitamos que el Espíritu Santo nos guíe de vuelta cuando sea necesario.
La palabra de Dios está llena de sabiduría práctica para la vida diaria. Dedicar tiempo a estudiar y meditar en estos principios, permiten que nuestros pensamientos y acciones sean moldeadas.
Oremos:
Señor, te doy gracias por tu amor y por las maneras en que me corriges y disciplinas. Ayúdame a aceptar tu reprensión con un corazón humilde y receptivo. Enséñame a caminar en tu camino y a buscar tu sabiduría en todas las áreas de mi vida. Que tu Espíritu Santo me guíe y me ayude a crecer en mi relación contigo. En el nombre de Jesús, amén.
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
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