¡ÉL TE ENTIENDE!

 


“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.”
 Hebreos 4:15 (RVR1960)

 ¿Alguna vez te has sentido incomprendido? ¿Has sentido que tus luchas, tus caídas, tus pensamientos más oscuros son demasiado para que alguien los entienda? Tal vez incluso pensaste que Dios está demasiado lejos para saber lo que es pasar por lo que tú estás viviendo. Pero la verdad es esta: Jesús sabe exactamente cómo te sientes. No porque alguien se lo contó, sino porque Él lo vivió.

Jesús, el Hijo de Dios, no se quedó sentado en un trono distante. Bajó al mundo, se hizo humano como tú y como yo. Sintió el cansancio, la soledad, el hambre, el rechazo, la presión,  el dolor. Fue tentado. Y no una vez, sino muchas veces. Pero lo hermoso es que nunca pecó. ¿Y eso qué significa para ti? Que Él no sólo te entiende, sino que también te puede ayudar a vencer.

Cuando tú estás luchando contra pensamientos que no quieres tener, contra hábitos que no puedes romper, contra heridas que te siguen doliendo, Jesús no te mira con juicio. Te mira con compasión.
Porque Él también ha estado ahí.

“Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto… ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores.”

Isaías 53:3-4

Así que la próxima vez que sientas que no puedes más, que nadie te comprende, o que ya no vale la pena intentar, corre hacia Jesús. No te alejes. Porque Él es el único que realmente sabe lo que estás pasando… y puede ayudarte a salir de ahí.

“Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.”

Hebreos 2:18

Jesús fue tentado por el diablo en el desierto física, emocional y espiritualmente, pero salió victorioso (Mateo 4:1-11)

Oremos:

Jesús, gracias por entenderme. Gracias por no rechazarme cuando fallo, sino acercarte aún más a mí. Ayúdame a recordar que Tú pasaste por todo esto y aun así venciste, para darme la fuerza que necesito hoy. No quiero seguir solo; te necesito. Ven, siéntate conmigo, y llévame de tu mano. Amén.

Dios te continúe bendiciendo

Julia Andrea Bustamante


Comentarios

Entradas populares de este blog

BLOG PARA SEDIENTOS