GALARDÓN

 



"Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es GALARDONADOR de los que le buscan."

Hebreos 11:6 RVR1960


En la vida cristiana, uno de los atributos más consoladores y motivadores de Dios es que Él es un galardonador. Esto significa que Dios recompensa a aquellos que le buscan con diligencia, con fe y con un corazón sincero. Entender este aspecto de Dios no solo nos da esperanza, sino que también nos impulsa a vivir una vida de devoción y entrega.


La palabra “galardón” se refiere a una recompensa o un premio que se otorga por alguna acción o comportamiento. Cuando la Biblia dice que Dios es galardonador, nos asegura que Él observa nuestras vidas, nuestras decisiones, y nuestras acciones. Él es justo para recompensar a aquellos que viven conforme a Su voluntad. Este galardón no se limita a recompensas terrenales, sino que también incluye bendiciones espirituales y eternas.


"Entonces dirá el hombre: Ciertamente hay recompensa para el justo; ciertamente hay Dios que juzga en la tierra."

Salmo 58:11 RVR1960


-La fe es un requisito esencial para recibir el galardón de Dios. Sin fe, no podemos agradar a Dios, y si no le agradamos, no podemos esperar recibir Su recompensa. La fe aquí es mucho más que simplemente creer en la existencia de Dios; implica una confianza total en Su carácter, Sus promesas, y Su voluntad para nuestras vidas.


"Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público."

Mateo 6:6 RVR1960


-Dios le prometió a Abraham un gran galardón por su fe y obediencia. Abraham creyó en la promesa de Dios, aun cuando parecía imposible, y Dios cumplió Su palabra, bendiciéndolo con una descendencia numerosa y convirtiéndolo en el padre de la fe.


"Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande."

Génesis 15:1 RVR1960


-Moisés abandonó las comodidades del palacio de Egipto, eligiendo sufrir con el pueblo de Dios porque tenía sus ojos puestos en el galardón eterno. Su fe y obediencia lo llevaron a ser uno de los líderes más grandes de la historia bíblica.


"Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón."

Hebreos 11:24-26 RVR1960


-Pablo vivió su vida con la certeza de que al final recibiría una corona de justicia, un galardón otorgado por su fidelidad a Cristo. Este galardón no era sólo para él, sino para todos aquellos que vivan en la expectativa de la venida de Cristo.


"He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida."

2 Timoteo 4:7-8 RVR1960


La promesa final del galardón de Dios se encuentra en el Apocalipsis. Jesús mismo promete que cuando Él regrese, traerá consigo el galardón para aquellos que han sido fieles. Esta seguridad nos impulsa a vivir en santidad y servicio, sabiendo que nuestras obras en el Señor no son en vano.


"He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra."

Apocalipsis 22:12 (RVR1960)


En conclusión, Dios es un galardonador, y esta verdad debe motivarnos a vivir una vida de fe, obediencia, y servicio. No importa cuán difíciles sean las circunstancias, podemos estar seguros de que Dios ve nuestras luchas y sacrificios, y tiene un galardón reservado para nosotros, tanto en esta vida como en la eternidad. Mantengamos nuestra fe firme, sabiendo que Dios recompensará a aquellos que le buscan con todo su corazón.


Oremos:

Señor, te agradecemos porque eres un Dios justo y galardonador. Ayúdanos a vivir con la certeza de que nuestras obras para ti no son en vano. Fortalece nuestra fe y permítenos buscarte con un corazón sincero, sabiendo que en ti tenemos una recompensa eterna. Amén.


Dios te continúe bendiciendo 


Julia Andrea Bustamante 



 

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