¿HIJO O CRIATURA?
Mas a todos los que le recibieron (a Jesús), a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
S. Juan 1:12-13 RVR1960
Hay una gran diferencia en la palabra criatura e hijo. Las criaturas, son como lo dice la misma palabra, una creación de Dios, una obra hecha por un diseñador, por el Creador.
Si analizamos el versículo de la referencia y otros pasajes de las escrituras, podemos ver que para llegar a ser hijos de Dios son necesarias varias cosas:
1. Recibir a Jesús:
En el primer devocional les mencioné la manera del Señor buscarnos; Como tiene la iniciativa y viene a tocar la puerta de nuestro corazón. Su anhelo es tener una relación con cada uno de nosotros, una Koinonía planificada desde antes de la caída, por causa del pecado.
El resultado de recibir a Jesús en el corazón es que nuestro Padre celestial nos hace partícipes de la herencia de su Hijo y Él es nuestro hermano mayor.
Por lo tanto, Jesús y los que él hace santos tienen el mismo Padre. Por esa razón, Jesús no se avergüenza de llamarlos sus hermanos, pues le dijo a Dios: Anunciaré tu nombre a mis hermanos. Entre tu pueblo reunido te alabaré.
Hebreos 2:11-12 NTV
Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
Romanos 8:17 RVR1960
Esta última cita bíblica nos hace entender que los hijos de Dios, también debemos pasar por pruebas tal como lo pasó Jesús, para ser partícipes de su Gloria, ¡Qué promesa tan maravillosa!
2. Creer en su nombre:
¿Recuerdas su nombre?
En los primeros devocionales pudimos estudiar que el Señor se presenta como El YO SOY, ese es su nombre, también vimos las diferentes maneras de Jesús mostrarse a nosotros, Yo soy el camino, la verdad y la Vida, Yo Soy la luz, Yo Soy el Pan de Vida, Yo Soy la resurrección, Yo Soy la puerta, Yo Soy el buen Pastor y muchas otras facetas en las que se da a conocer. Creer en su nombre, es darle el valor a su intervención en nuestra vida y disfrutar de las bendiciones que nos brinda para cada una de nuestras necesidades, para eso se nos presentó, para que tengamos la convicción de tener una esperanza en medio de cualquier circunstancia y que todo lo que afirma que nos dará nuestro Padre celestial lo cumplirá, un Padre vela por el bienestar de sus hijos.
3 Amar a nuestros enemigos
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
S. Mateo 5:44-45 RVR1960
Para ser hijos de Dios debemos amar a nuestros enemigos, esta es otro gran reto al que nos invita el Señor. Recordemos que el amor no es un sentimiento, es una decisión. No nos podemos dejar llevar por nuestro corazón ¿recuerdas que estudiamos que es engañoso? Es una decisión que debemos tomar, no dejarnos llevar por lo que sentimos, amar a nuestros enemigos nos hace hijos, recuerda que nos espera una herencia magnífica, siempre y cuando seamos obedientes y amemos de verdad.
4. Ser pacificadores:
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
S. Mateo 5:9 RVR1960
Jesús nos invita a ser conciliadores, a buscar la paz, en este mundo lleno de maldad, violencia, es necesario que los hijos de Dios mostremos que se puede vivir de una manera tranquila y sosegada, porque en nuestro corazón habita el Príncipe de Paz.
¿Eres hijo o eres criatura?
Julia Andrea Bustamante
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