LA FUENTE DE LO BUENO
" Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza ni sombra de variación."
Santiago 1:17
Este versículo nos recuerda que Dios es LA FUENTE DE TODO LO BUENO en nuestras vidas. Las bendiciones que recibimos no son producto del azar ni de nuestros esfuerzos por sí solos, sino que son regalos que provienen directamente del corazón de Dios. Él es el "Padre de las luces", lo que significa que no hay oscuridad ni engaño en Él. A diferencia de las circunstancias cambiantes del mundo, Dios es inmutable, fiel y constante en su bondad.
Dios nos da dones que son perfectos en su tiempo y propósito. A veces, no comprendemos la naturaleza o el momento de una bendición, pero sabemos que, al venir de Dios, es exactamente lo que necesitamos. Esta verdad nos invita a vivir en gratitud, reconociendo que cada buena cosa en nuestra vida, ya sea grande o pequeña, tiene su origen en el Padre celestial.
"Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo."
Efesios 1:3
Este versículo nos muestra que Dios ya ha bendecido a sus hijos en Cristo con todas las bendiciones espirituales. Las bendiciones de Dios no solo son materiales, sino también espirituales, y abarcan aspectos eternos de nuestras vidas.
"Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan!"
Mateo 7:11
Jesús nos muestra aquí el corazón generoso del Padre. Si los padres terrenales, con sus fallas, saben dar buenos regalos a sus hijos, ¡cuánto más lo hará nuestro Padre celestial! Dios desea darnos lo mejor.
"Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús."
Filipenses 4:19
Dios no solo nos da lo que queremos, sino lo que necesitamos, según su riqueza y gloria. Sus dones son abundantes y perfectos, llegando a cubrir todas nuestras necesidades.
Hoy, toma un momento para reflexionar sobre las bendiciones en tu vida. Considera no solo las grandes, como la salud o la familia, sino también las pequeñas, como el aire que respiras y los momentos de paz. Agradece a Dios por ser el dador de todo lo bueno, y recuerda que, incluso cuando enfrentes desafíos, Él sigue siendo el Padre de las luces, trayendo a tu vida lo mejor según su voluntad perfecta.
Oremos:
"Señor, gracias porque toda buena dádiva y todo don perfecto vienen de ti. Reconozco que eres el dador de la vida y de todo lo bueno en ella. Ayúdame a ser agradecido y a confiar en tu bondad, sabiendo que todo lo que viene de tu mano es perfecto. Amén."
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
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