¿LE FALLASTE ?
Hijitos míos, les escribo esto para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos a uno que nos da la confianza de acercarnos al Padre: Jesucristo, el Justo.
1 Juan 2:1 PDT
Uno de los anhelos más grandes de un creyente debe ser agradar en todo tiempo al Señor, sin embargo hay una naturaleza caída en el hombre que hace que le fallemos. Pablo, apóstol del Señor, uno de los hombres más usados por Dios, siervo fiel hasta el final de sus días describe la condición del ser humano con las siguientes palabras:
Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa no existe nada bueno. Quiero hacer lo que es correcto, pero no puedo. Quiero hacer lo que es bueno, pero no lo hago. No quiero hacer lo que está mal, pero igual lo hago. Ahora, si hago lo que no quiero hacer, realmente no soy yo el que hace lo que está mal, sino el pecado que vive en mí. He descubierto el siguiente principio de vida: que cuando quiero hacer lo que es correcto, no puedo evitar hacer lo que está mal. Amo la ley de Dios con todo mi corazón, pero hay otro poder dentro de mí que está en guerra con mi mente. Ese poder me esclaviza al pecado que todavía está dentro de mí. ¡Soy un pobre desgraciado! ¿Quién me libertará de esta vida dominada por el pecado y la muerte? ¡Gracias a Dios! La respuesta está en Jesucristo nuestro Señor. Así que ya ven: en mi mente de verdad quiero obedecer la ley de Dios, pero a causa de mi naturaleza pecaminosa, soy esclavo del pecado.
Romanos 7:18-25 NTV
Por otro lado, el Señor nos ha regalado su Espíritu Santo, Él es quien mora en nosotros, es ese amigo que nos da sabios consejos, nos da la fuerza para no pecar, es por eso que nuestra comunión con Él es de vital importancia, siempre estará recordándonos la palabra para no dejarnos caer
En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.
Salmos 119:11 RVR1960
El Señor conoce cada uno de nuestros corazones, Así que si le fallaste al Señor y estás arrepentido (a), tienes un abogado que intercede delante de tu padre y te fortalecerá para mantenerte firme, sencillamente es permanecer fieles a sus enseñanzas y a su inagotable amor, recibe su perdón y vuelve a sus brazos.
Dios te bendiga
Julia Andrea Bustamante
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