¡LEVÁNTATE Y PELEA!

 




“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”

Efesios 6:12

Nuestra verdadera batalla no es contra personas, sino contra fuerzas espirituales invisibles que quieren detenernos. Cuando hay conflicto, desánimo o tentación, es muchas veces el enemigo moviéndose tras bambalinas.

Todo lo que estamos viviendo en nuestra amada Colombia no es otra cosa que el enemigo oponiendose  a lo que Dios quiere hacer en este país; lo que no sabe el enemigo es que esto será usado para bien, para que el nombre del Señor sea exaltado.

Como creyentes, antes de reaccionar en la carne, oremos. Reconozcamos que es una guerra espiritual y actuemos con discernimiento.

“Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.”

 Efesios 6:11

Dios nos da armas espirituales: fe, justicia, verdad, salvación, paz y la Palabra. Si las usamos, podemos resistir cualquier ataque.

Hagamos un hábito diario de declarar y creer la armadura de Dios sobre nuestra vida. No salgamos a pelear desarmados.

“Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas.”

2 Corintios 10:4

Nuestras armas no son humanas (gritos, enojo, venganza), sino espirituales y efectivas para romper mentiras, miedos y hábitos que nos atan.

Confesemos la verdad de Dios sobre nuestros pensamientos cada vez que nos asalte la duda o el temor. Renovemos nuestra mente.

“La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.” Proverbios 18:21

Nuestras palabras son armas. Podemos destruir o levantar. Podemos atar y desatar cosas en el mundo espiritual con lo que declaramos.

Declaremos vida, promesas, autoridad y victoria en nuestra casa, sobre nuestros hijos, nuestra salud, nuestro entorno. , nuestro país que tanto lo necesita, No nos callemos.

“He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.”

Lucas 10:19

Jesús ya nos dio autoridad. No tenemos que pedir permiso para usarla. Podemos enfrentar al enemigo sin miedo porque estamos respaldados por el León de la Tribu de Judá, por el Rey que venció la muerte y el mal.

Pelea como alguien que ya tiene la victoria. Habla, ora y camina con autoridad. ¡Tú no eres víctima, eres guerrero!

Peleemos juntos en oración:

Señor, gracias porque me has dado poder y autoridad en tu nombre. Hoy me visto con toda tu armadura. Cancelo toda obra del enemigo sobre mi vida, sobre mi familia, sobre mi país y declaro que soy más que vencedor ,¡Levanto mi voz y peleo con fe! En el nombre de Jesús, ¡Amén!

Dios te continue bendiciendo

Julia Andrea Bustamante


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