MI CORAZÓN VUELVE A LATIR
Salmos 51:12
(NVI)
Este versículo es una oración de
restauración. David no pide riquezas, ni éxito, ni aplausos. Pide algo más
profundo: volver a sentir la alegría de estar cerca de Dios.
“Porque así
dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad y cuyo nombre es el Santo:
Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de
espíritu…”
Isaías 57:15
Dios no se aleja del corazón
arrepentido. Si tu espíritu está roto, Él está más cerca de lo que imaginas.
Este versículo explica por qué David tenía esperanza de ser restaurado.
Dios puede devolvernos lo que
sentimos perdido. Esa alegría, esa paz, ese fuego que una vez ardía en nuestro
interior: ¡Él puede restaurarlo completamente!
“Y os
restituiré los años que comió la langosta…”
Joel 2:25
Si anhelas volver a sentir a
Dios, Él promete llenarte. David tenía hambre de la presencia de Dios, y Jesús
dice que esa clase de hambre siempre será saciada.
“Bienaventurados
los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.”
Mateo 5:6
La verdadera alegría no depende de nuestras
circunstancias, sino de nuestra comunión con el Señor. Cuando Él nos restaura,
el gozo vuelve, no por lo que tenemos, sino por QUIÉN tenemos.
“Regocijaos en
el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”
Filipenses 4:4
Oremos:
Señor, a veces siento que he
perdido mi alegría. Me arrepiento de todo lo que me ha alejado de ti. Por
favor, restáurame. Devuélveme la alegría de tu salvación, y dame un espíritu
obediente que me sostenga cuando flaquee. Gracias por tu amor que nunca me
abandona. Amén.
Dios te continúe
bendiciendo
Julia Andrea
Bustamante
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