NO DEIS LUGAR AL DIABLO
"Ni deis lugar al diablo."
Efesios 4:27
En este versículo, el apóstol Pablo nos recuerda la importancia de no abrir espacio en nuestras vidas para las obras del enemigo. El diablo siempre está buscando una oportunidad para entrar en nuestras emociones, decisiones y relaciones, pero somos nosotros quienes podemos darle o no esa entrada. La advertencia aquí es clara: no le demos lugar ni en nuestros pensamientos, palabras o acciones.
1. GUARDAR NUESTROS Y CORAZONES.
"Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida."
Proverbios 4:23
Nuestros pensamientos son como la puerta de nuestra vida espiritual. Si permitimos que entren pensamientos negativos, de resentimiento, odio, o envidia, estamos abriendo una pequeña grieta por la cual el enemigo puede infiltrarse. Dios nos llama a mantener nuestros corazones limpios, meditando en lo bueno, lo puro y lo agradable.
2. EVITAR EL ENOJO PROLONGADO
"Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo."
Efesios 4:26-27
El enojo es una emoción natural, pero cuando lo guardamos por mucho tiempo, se convierte en una herramienta que el diablo puede usar para causar división y amargura. No se trata de evitar sentir enojo, sino de no permitir que se quede en nosotros y destruya nuestras relaciones o nos lleve a actuar de manera pecaminosa.
3. CUIDAR NUESTRAS PALABRAS
"La muerte y la vida están en poder de la lengua."
Proverbios 18:21
El diablo puede usar nuestras palabras para traer destrucción si no tenemos cuidado. Un comentario hiriente, una mentira o un chisme puede abrirle una puerta. Pero, si usamos nuestras palabras para bendecir, edificar y sanar, le cerramos cualquier oportunidad al enemigo.
4. RESISTE AL DIABLO
"Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros."
Santiago 4:7
Cuando sometemos nuestra vida a Dios y decidimos resistir las tentaciones del enemigo, él no tiene otra opción que huir. No le podemos dar espacio cuando estamos firmemente arraigados en la Palabra de Dios y bajo Su dirección.
Examinemos nuestros corazones y nuestros pensamientos. ¿Hay áreas donde tal vez le hemos dado espacio al enemigo, ya sea en la forma en que pensamos, hablamos o actuamos? Pidamos a Dios que nos ayude a cerrar esas puertas y a llenar esos espacios con Su presencia y Su paz.
Oremos: Señor, ayúdame a guardar mi corazón y mis pensamientos. Que no le dé lugar al enemigo en mi vida ni en mis relaciones. Lléname con Tu Espíritu para resistir las tentaciones y vivir en obediencia a Tu Palabra. Amén.
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
Comentarios
Publicar un comentario