¡NO ES SOLO ESCUCHAR!
No solo escuchen la palabra de Dios; tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se engañan a sí mismos.Pues, si escuchas la palabra pero no la obedeces, sería como ver tu cara en un espejo; te ves a ti mismo, luego te alejas y te olvidas cómo eres. Pero si miras atentamente en la ley perfecta que te hace libre y la pones en práctica y no olvidas lo que escuchaste, entonces Dios te bendecirá por tu obediencia.
Santiago 1:22-25 NTV
En nuestra vida diaria, a menudo escuchamos la Palabra de Dios a través de la predicación, la lectura de la Biblia o la enseñanza en la iglesia. Sin embargo, es fácil caer en la trampa de ser oyentes olvidadizos. El anterior texto nos advierte sobre la importancia de no solo escuchar la Palabra, sino también ponerla en práctica.
Así como un hombre que se mira en un espejo y luego se olvida de cómo era su rostro, podemos escuchar la Palabra de Dios y olvidarla fácilmente si no la aplicamos a nuestras vidas. Para evitar ser como ese hombre, debemos ser hacedores de la Palabra. Esto significa poner en práctica lo que aprendemos de las Escrituras, viviendo de acuerdo con los principios y mandamientos que Dios nos ha dado.
Podemos estar seguros de que conocemos a Dios si hacemos lo que él nos manda. Alguien puede decir: «Yo conozco a Dios», pero si no obedece sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en su vida. Pues el amor llega a su perfección cuando uno obedece lo que Dios enseña. La prueba de que andamos bien con Dios es la siguiente: el que dice que permanece en Dios, debe vivir como vivió Jesús.
1 Juan 2:3-6 PDT
Al mirar atentamente la Palabra de Dios, encontramos una guía para nuestras vidas, una luz en nuestro camino. Al perseverar en ella y ser hacedores de la obra, experimentaremos la bendición y la plenitud que Dios promete a aquellos que le obedecen.
¡Recordemos! No solo debemos escuchar sino practicar
Oración: Señor, ayúdame a no ser un oyente olvidadizo de tu Palabra, sino un hacedor de la misma. Permíteme vivir de acuerdo con tus mandamientos y principios, para que pueda experimentar tu bendición en mi vida. Amén.
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
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