¡NO LA VENDAS !
Esaú le dijo a Jacob: —¡Me muero de hambre! ¡Dame un poco de ese guiso rojo! (Así es como Esaú obtuvo su otro nombre, Edom, que significa «rojo»). —Muy bien —respondió Jacob—, pero dame a cambio tus derechos de hijo mayor. —Mira, ¡me estoy muriendo de hambre! —dijo Esaú—. ¿De qué me sirven ahora los derechos de hijo mayor? Pero Jacob dijo: —Primero tienes que jurar que los derechos de hijo mayor me pertenecen a mí. Así que Esaú hizo un juramento, mediante el cual vendía todos sus derechos de hijo mayor a su hermano Jacob. Entonces Jacob le dio a Esaú guiso de lentejas y algo de pan. Esaú comió, y luego se levantó y se fue. Así mostró desprecio por sus derechos de hijo mayor.
Génesis 25:30-34 NTV
En la palabra de Dios observamos que al hijo mayor se le concedían unos derechos especiales; la primogenitura es un beneficio por encima del resto de los hermanos en una familia.
En el pasaje de las escrituras que estamos estudiando podemos observar a dos hermanos que conocían la posición que tenían en la familia, sin embargo el hijo mayor, el primogénito, no le dió el valor a este lugar que ocupaba en la familia y le entregó esos derechos a su hermano.
¿Sabías que desde el momento que recibimos al Señor Jesucristo en nuestro corazón, tenemos un lugar de privilegio con nuestro Padre Celestial que nos hace hijos y herederos del Reino? Debemos disfrutar esos derechos y no desperdiciarlos como le sucedió a Esaú quien entregó su primogenitura por un plato de lentejas.
En el tiempo actual, el plato de lentejas es tipología de aquello que no vale verdaderamente la pena , lo que no aporta lo suficiente para nuestra edificación, una relación amorosa tóxica, un vicio, los placeres del mundo, todo lo que seduzca nuestra vida y nos de una satisfacción pasajera.
Amados de Dios, tomemos nuestros lugar como hijos herederos y privilegiados, desechemos los platos de lentejas que el mundo nos está ofreciendo, nos espera la gran ciudad reservada por nuestro Padre Celestial y Rey del Universo.
Ustedes han llegado a un lugar diferente que es el monte Sion , la ciudad del Dios viviente, la Jerusalén celestial, donde se reúnen millares de ángeles para celebrar, y también están reunidos los primogénitos de Dios, cuyos nombres están escritos en el cielo. Ustedes han llegado a donde está Dios, el juez de todos, y a donde están los espíritus que fueron aprobados y perfeccionados por él.
Hebreos 12:22-23 PDT
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
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