NUESTRO HERMANO MAYOR
Tanto los que son purificados como Jesús, quien los purifica, tienen el mismo Padre. Por eso Jesús no se avergüenza de llamarlos sus hermanos cuando dice: Hablaré de ti a mis hermanos. Cantaré tus alabanzas cuando ellos estén reunidos.
Hebreos 2:11-12 PDT
En el anterior pasaje de las escrituras encontramos una de las hermosas facetas de Jesús y es que podemos contar con Él como nuestro hermano mayor; los que tenemos la fortuna de tener hermanos en la carne sabemos que es una bendición saber que hay alguien con quién compartir alegrías, tristezas, que tenemos una familia en común y compañía.
De la misma manera al pertenecer a la familia de la fe contamos con la maravillosa familia de Dios y con el mejor de los hermanos: ¡Jesucristo!
En el estudio de hoy encontramos que nuestro hermano mayor nos da a conocer a nuestro Padre Celestial al decir: "Hablaré de ti a mis hermanos".
Jesús les dijo: Les aseguro que yo, el Hijo de Dios, no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Solo hago lo que veo que hace Dios, mi Padre. Él me ama y me muestra todo lo que hace. Y me mostrará cosas aun más grandes, que a ustedes los dejarán asombrados. Porque así como mi Padre hace que los muertos vuelvan a vivir, así también yo le doy vida a quien quiero.
Juan 5:19-21 TLA
Nuestro hermano mayor además de mostrarnos al Padre Celestial quiere compartir su herencia con nosotros, hacernos copartícipes de sus grandes tesoros; también es el mayor en padecimientos, nos entiende y acompaña al pasar por nuestras tribulaciones, necesitamos padecer en este mundo para experimentar su Gloria eterna.
Así que como somos sus hijos, también somos sus herederos. De hecho, somos herederos junto con Cristo de la gloria de Dios; pero si vamos a participar de su gloria, también debemos participar de su sufrimiento.
Romanos 8:17 NTV
Por último, quiero resaltar la última porción del texto que estamos analizando:
Nuestro hermano mayor se hace presente cuando todos nos reunimos en torno al Padre "Cantaré tus alabanzas cuando ellos estén reunidos".
Jesús entona las más hermosas alabanzas y nos enseña a adorar al Padre cuando nos reunimos todos sus hijos Él está buscando adoradores en espíritu y en verdad, hermanos que se unan con Él a darle Gloria al Padre Celestial.
Dios es espíritu, y los que lo adoran, para que lo adoren como se debe, tienen que ser guiados por el Espíritu. Se acerca el tiempo en que los que adoran a Dios el Padre lo harán como se debe, guiados por el Espíritu, porque así es como el Padre quiere ser adorado. ¡Y ese tiempo ya ha llegado!
Juan 4:23-24 TLA
Si no tienes hermanos de sangre, puedes pertenecer a la gran familia de Dios, Jesús nuestro hermano mayor, Él nos enseña al Padre, comparte su herencia y entona alabanzas.
Comparte esta bendición, hay otras personas que necesitan hacer parte de esta familia. Adoremos al Padre con la siguiente alabanza.
Dios te bendiga
Julia Andrea Bustamante
Comentarios
Publicar un comentario