¡PERSIGUELO!
“Perseguiré a mis enemigos y los alcanzaré; y no volveré hasta acabarlos.”
Salmo 18:37 (RVR1960)
El rey David escribió estas palabras después de una gran victoria. Él entendía que sus enemigos no se vencían con debilidad o pasividad, sino con una actitud firme y persistente. No se trata solo de luchar: se trata de perseguir hasta alcanzar y asegurarte de que la amenaza no se levante de nuevo.
Muchas veces en nuestra vida espiritual enfrentamos enemigos: temores, pecados recurrentes, ataques del enemigo, enfermedades, o incluso obstáculos que se levantan para detener nuestro avance. Dios no quiere que simplemente los resistamos por un momento, Él quiere que los derrotemos completamente.
“El enemigo dijo: Perseguiré, apresaré, repartiré despojos; mi alma se saciará de ellos, sacaré mi espada, los destruirá mi mano. Soplaste con tu viento, los cubrió el mar; se hundieron como plomo en las impetuosas aguas.”
Éxodo 15:9-10
Este pasaje muestra que, aunque el enemigo tiene planes de persecución, Dios tiene el poder para revertirlos. Cuando tú persigues con Dios, no hay fuerza contraria que pueda detener tu avance.
“Y David consultó a Jehová, diciendo: ¿Perseguiré a estos merodeadores? ¿Los podré alcanzar? Y él le dijo: Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás, y de cierto librarás a los cautivos.”
1 Samuel 30:8
David no actuó por impulso, sino con dirección divina. Dios le aseguró que si perseguía, alcanzaría. Esta es una palabra para ti hoy: Dios está contigo cuando actúas en fe para recuperar lo perdido.
“No que lo haya alcanzado ya... pero prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús... prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”
Filipenses 3:12-14
Pablo habla aquí de una persecución espiritual: avanzar, crecer, no detenerse. Persigues la plenitud del llamado de Dios sobre tu vida. El enemigo intentará detenerte, pero tú prosigues, no te rindes, hasta alcanzar.
¿Qué estás llamado a perseguir hoy? ¿Es libertad, propósito, restauración?
No corras sin rumbo. Pregunta a Dios qué pasos tomar, como lo hizo David.
No te detengas hasta ver la victoria completa. No te conformes con "casi lo logro". Dios quiere darte la totalidad de la victoria
¡PERSIGUELO !
Oremos:
Señor, hoy decido no retroceder. Con tu fuerza, me levanto para perseguir todo lo que me has prometido. Me niego a quedarme a medio camino. Dame la fe y la persistencia para alcanzar cada victoria, y no detenerme hasta ver la obra terminada. Amén.
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
Comentarios
Publicar un comentario