"No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde los ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde los ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón."
Mateo 6:19-21
En nuestra vida cotidiana, a menudo nos encontramos acumulando cosas materiales, buscando seguridad en lo que poseemos. Sin embargo, Jesús nos advierte que todo lo que guardamos aquí en la tierra es temporal. Las riquezas materiales se desgastan, se pierden o incluso se roban. Lo que realmente tiene valor, lo que debemos acumular, es aquello que trasciende lo terrenal y tiene un impacto eterno: nuestra relación con Dios, el amor por los demás y la obediencia a su voluntad.
En el pasaje inicial, Jesús nos invita a acumular tesoros en el cielo. ¿Cómo lo hacemos? No es mediante lo que obtenemos en el mundo material, sino por las obras que hacemos con un corazón dispuesto a honrar a Dios. Nuestras buenas acciones, como servir a los demás, compartir el evangelio y vivir con integridad, son tesoros que no se desgastan ni pierden valor.
"Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia."
Proverbios 2:6
La sabiduría Divina es un tesoro que nunca pierde su valor. Cuando buscamos entender y aplicar la palabra de Dios en nuestra vida diaria, estamos acumulando sabiduría, un recurso que nos guiará por toda nuestra vida y nos ayudará a tomar decisiones justas.
"ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor."
1 Corintios 13:13
Lo que realmente debemos acumular es el amor de Dios en nuestros corazones y, a través de él, amar a los demás. El amor tiene un valor eterno. Cuando amamos como Cristo amó, estamos reflejando Su carácter y acumulando algo que no se desvanece.
En cambio, el Espíritu de Dios nos hace amar a los demás,
estar siempre alegres y vivir en paz con todos. Nos hace ser pacientes y
amables, y tratar bien a los demás, tener confianza en Dios, ser
humildes, y saber controlar nuestros malos deseos. No hay ley que esté en
contra de todo esto. Y los que somos de Jesucristo ya hemos hecho morir
en su cruz nuestro egoísmo y nuestros malos deseos. Gálatas 5:22-24
Estos frutos son el resultado de vivir bajo la influencia del Espíritu Santo, y son tesoros que se acumulan al vivir conforme a la voluntad de Dios. Mientras más vivamos según el Espíritu, más "tesoros" acumularemos en nuestra vida.
Hoy es un buen día para reflexionar sobre Qué estamos acumulando. ¿Estamos invirtiendo en lo temporal o en lo eterno? Dios nos invita a cambiar nuestra perspectiva y enfocarnos en lo que realmente tiene valor: un corazón transformado, una vida llena de sabiduría Divina, el amor por los demás y el fruto del Espíritu. Esto es lo que perdura y lo que realmente debemos acumular.
¿QUÉ ACUMULAS?
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
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