¡QUE TU MEMORIA TE ENCIENDA!
"No seáis perezosos en lo que requiere diligencia; FERVIENTES EN ESPÍRITU, sirviendo al Señor."
Romanos 12:11
En nuestra caminata de fe, es crucial mantener nuestros corazones apasionados y ardientes por Jesús. Este fervor no solo nos sostiene en momentos de dificultad, sino que también ilumina nuestro camino y nos guía hacia una relación más profunda con nuestro Salvador.
La Palabra de Dios nos exhorta a no dejar que el fuego de nuestro amor y pasión por Jesús se apague. Esta llama es esencial para vivir una vida cristiana acorde a lo que Dios desea en nosotros .
La palabra "ferviente" implica una pasión ardiente, un entusiasmo que no se deja extinguir fácilmente. Servir al Señor con todo nuestro corazón requiere que estemos siempre motivados y comprometidos.
Veamos a través de la palabra algunas formas de mantener ese fuego apasionante.
"Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos."
2 Timoteo 1:6
Pablo le recuerda a Timoteo que debe avivar el fuego del don de Dios. Esto implica una acción continua de reavivamiento y pasión, asegurándonos de que el fuego de nuestra fe nunca se apague.
"Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca."
Apocalipsis 3:15-16
Jesús nos advierte sobre la tibieza espiritual. Nos llama a ser calientes espirituales, apasionados, y no caer en la complacencia o apatía. Mantener un corazón ardiente es esencial para una relación genuina con Él.
"No apaguéis el Espíritu."
1 Tesalonicenses 5:19
Este versículo es una clara advertencia de no apagar el Espíritu Santo en nuestras vidas. El Espíritu Santo es quien enciende y mantiene vivo el fuego en nuestros corazones. Debemos ser sensibles a Su guía y avivar Su presencia en nosotros.
"Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios, agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor."
Hebreos 12:28-29
Dios es descrito como un fuego consumidor. Esto nos recuerda que nuestra relación con Él debe ser una llama constante y ardiente, reflejando Su naturaleza en nuestras vidas.
Mantener el fuego de nuestra pasión por Jesús requiere esfuerzo, dedicación y una búsqueda constante de Su presencia. Debemos alimentar nuestra fe a través de la oración, la adoración, la lectura de la Biblia y la comunión con otros creyentes. Que nunca permitamos que el fuego se apague, sino que siempre busquemos avivarlo, para que podamos vivir una vida plena y vibrante en Cristo.
La gratitud es uno de los ingredientes para mantener FUEGO ARDIENTE en nuestro corazón , si se ha ido apagando, RECUERDA, haz memoria de de dónde te ha sacado el Señor y vuélvelo a encender.
¡QUE TU MEMORIA TE ENCIENDA!
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
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