RÁPIDOS PERO LENTOS
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse
Santiago 1:19 RVR1960
En este versículo, el apóstol Santiago nos enseña una valiosa lección sobre la importancia de ser rápidos para escuchar, pero lentos para hablar y enojarnos. En nuestras interacciones diarias, a menudo tendemos a ser impulsivos y responder de manera rápida y emocional. Sin embargo, Dios nos llama a un enfoque más sabio y paciente.
Ser rápidos para escuchar implica estar dispuestos a prestar atención y comprender a los demás antes de formar nuestras propias opiniones o responder. Esto nos permite mostrar empatía y consideración hacia los demás, fortaleciendo nuestras relaciones y evitando malentendidos.
Ser lentos para hablar nos insta a pensar antes de hablar. Muchas veces, nuestras palabras pueden causar daño o generar conflictos innecesarios. Al tomarnos el tiempo para reflexionar y elegir nuestras palabras con cuidado, podemos comunicarnos de manera más efectiva y edificante.
Ser lentos para la ira nos anima a controlar nuestras emociones y evitar reacciones impulsivas y destructivas. La ira descontrolada puede dañar nuestras relaciones y alejarnos de la voluntad de Dios. En cambio, debemos buscar la paz y el perdón, siguiendo el ejemplo de Jesús.
Oremos: Padre celestial, ayúdame a ser rápido para escuchar, lento para hablar y lento para la ira. Dame sabiduría para comprender a los demás y paciencia para controlar mis palabras y emociones. Ayúdame a reflejar tu amor y gracia en todas mis interacciones. En el nombre de Jesús, Amén.
Recordemos, debemos ser RÁPIDOS para oír , pero LENTOS Para airarnos
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
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