RESCATADOS
En la vida, a veces enfrentamos situaciones que nos hacen sentir atrapados, sin salida, como si el "ascensor" de nuestras circunstancias se hubiera detenido, como si estuviéramos dentro de un recinto que se está quemando, también el pecado nos hace sentir atrapados sin salida, debemos saber que siempre que nos sintamos encerrados, atrapados debemos confiar que el Señor es nuestro Salvador , quien nos rescata justo en el momento preciso.
Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.
Salmos 46:10 RVR1960
El rescate de Jesús es el corazón del Evangelio. Él nos libró de las cadenas del pecado y nos compró un precio de sangre para darnos libertad y vida eterna. Reflexionar sobre este acto de amor nos lleva a valorar su sacrificio ya vivir en agradecimiento y obediencia.
"Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros".
Romanos 5:8
Este versículo muestra que el rescate de Jesús no dependió de nuestros méritos, sino de su gracia y amor incondicional.
"En él tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia".
Efesios 1:7
Jesús pagó el precio con su sangre para redimirnos del pecado. Este sacrificio nos limpia y nos reconcilia con Dios.
"Saben que Dios pagó un rescate para salvarlos de la vida vacía que heredaron de sus antepasados. Y el rescate que él pagó no consistió simplemente en oro o plata, sino que fue la preciosa sangre de Cristo, el Cordero de Dios que no tiene pecado ni mancha."
1 Pedro 1:18-19
Aquí se resalta el valor infinito del rescate: no fue un pago material, sino la vida misma de Jesús, perfecta y sin pecado.
"Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su Hijo amado, en quien tenemos redención, el perdón de los pecados".
Colosenses 1:13-14
Por medio de Jesús, fuimos sacados de la esclavitud espiritual y llevados a la luz de su reino, el es quien abrió la puerta del ascensor que nos lleva al cielo.
Jesús se entregó voluntariamente para rescatarnos. Sin su sacrificio, estaríamos condenados por nuestros pecados. Él no solo nos liberó, sino que nos adoptó como hijos, ofreciéndonos una vida abundante aquí y una esperanza eterna. ¿Cómo estás respondiendo al rescate que Jesús hizo por ti?
Agradece a Jesús diariamente por su sacrificio en la cruz.
Vive una vida que refleja el valor del rescate, apartándote del pecado y buscando su voluntad.
Comparte este mensaje de rescate con otros que aún no lo han experimentado.
Oremos:
Señor Jesús, gracias por pagar el precio por mí. No tengo cómo retribuir lo que hiciste, pero quiero vivir una vida que te honre. Ayúdame a recordar siempre el costo de mi libertad ya proclamar tu amor a los demás. Amén.
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
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