SANGRE EN EL DINTEL
Cuando el Señor pase por el país para herir de muerte a los egipcios, verá la sangre en el dintel y en los postes de la puerta, y pasará de largo por esa casa. No permitirá el Señor que el ángel exterminador entre en las casas de ustedes y los hiera.
Éxodo 12:23 NVI
El antiguo testamento nos ilustra la manera como el Señor libera a su pueblo de la esclavitud en Egipto. El faraón, quien oprimía a los hijos de Dios pudo ver la mano poderosa del Señor con las señales y prodigios, al enviarles diferentes plagas para presionarlo a dejarlos en libertad. Sin embargo el corazón de Faraón de Egipto cada vez se endurecía más.
Solamente la última plaga que consistía en enviar al ángel de la muerte a cada casa de los egipcios y dar muerte a sus primogénitos hizo que recibieran la libertad. Por otra parte, Dios le dice a Moisés que le avise a su pueblo en esclavitud que el ángel de la muerte pasaría sin hacerles daño si encontraba que en los Marcos o dinteles de sus casas estaban pintados con la sangre de un cordero sacrificado.
Esa noche fue Gloriosa al ver cómo el pueblo de Dios fue guardado de la muerte. A ninguno de sus hijos los visitó el ángel exterminador y recibieron libertad.
Desde allí se celebra la fiesta de la Pascua en Jerusalén.
Hoy en día el Señor también nos hace la invitación para que los dinteles de nuestras vidas sean pintadas por la sangre del cordero inmolado de Dios, de Jesucristo su Hijo, quien nos redime de la esclavitud del pecado, nos libera de toda atadura que el Faraón de este mundo, quien es Satanás, y de Egipto, que es el mundo perdido en el que nos encontramos.
Es necesario acudir al cordero de Dios para decirle que necesitamos de su libertad, pedirle perdón y que nos haga su pueblo. En medio de toda la situación que vive el planeta por el pecado, la maldad, la violencia, las enfermedades, la muerte. La única seguridad es que nosotros y nuestra familia seamos guardados del maligno por la sangre preciosa de Jesús.
¿Ya pintaste los dinteles de tus puertas con la sangre del cordero? Recuerda que El ángel destructor está al acecho.
¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar.
1 Pedro 5:8 NTV
Si necesitas que Jesús sea tu cordero protector,
abrele tu corazón al que puede guardarte de una muerte eterna con la siguiente oración:
Señor Jesucristo reconozco que tengo necesidad de ti de ser guardado por tu sangre, sé que me has estado buscando, por esta razón hoy te recibo como mi Señor, como mi Salvador, te abro la puerta de mi corazón, reconozco que soy pecador y te pido perdón. Pido que me regales tu Espíritu Santo, escribas mi nombre en el libro de la vida que hagas de mi la persona que tú quieres que yo sea, te pido que pintes los dinteles de mi ser y de mi casa con tu sangre, Amén.
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Julia Andrea Bustamante
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