SANTIFICACIÓN
Pero así como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo."
(1 Pedro 1:15-16 RVR1960)
La santificación es el proceso mediante el cual Dios nos transforma a la imagen de Cristo, apartándonos del pecado y consagrándonos para Su propósito. No es solo un mandato, sino un llamado a una relación íntima con Él de todos los 365 días del año.
Dios no nos pide perfección instantánea, sino un corazón dispuesto a ser moldeado. La santidad no se trata de reglas externas, sino de una transformación interna por el Espíritu Santo
porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
(Filipenses 2:13)
Cada día, al rendirnos a Él, somos limpiados, renovados y hechos más como Jesús.
Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo
(1 Tesalonicenses 5:23)
Pidamos al Señor que revele áreas de nuestra vida que necesiten ser santificadas.
Si el Espíritu Santo nos convence de algo, actuemos en obediencia.
La santificación es obra de Dios en nosotros
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y mis preceptos, y los pongáis por obra.
(Ezequiel 36:26-27).
Oremos:
Señor, reconocemos que sin Ti no podemos ser santos, Purificanos y llénanos de Tu Espíritu y ayúdanos a vivir cada día para Tu gloria. Que mi vida refleje Tu Santidad todos los días del año, en el nombre de Jesús, amén.
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
Comentarios
Publicar un comentario