¡SOMOS LA SAL!
Ustedes son la sal de la tierra. Pero ¿para qué sirve la sal si ha perdido su sabor? ¿Pueden lograr que vuelva a ser salada? La descartarán y la pisotearán como algo que no tiene ningún valor.
Mateo 5:13 NTV
La sal ha sido definida como un condimento para darle sabor a los alimentos, sin embargo tiene otras cualidades; desde la antigüedad se ha utilizado para preservar los alimentos, para derretir el hielo, para sanar; cuando la sal perdía sus propiedades se volvía líquida y sucia y la guardaban para tirarla a la calle, así se evitaba que las personas se resbalaran por el compuesto salino cuando las calles de Jerusalén se cubría de hielo.
Jesús siempre utilizó ejemplos de la época para que pudieran entenderle lo que quería decir , en este caso quería hacer la comparación con la sal a cada uno de los que somos llamados por Él, quiere que sirvamos para preservar la humanidad, para sanar, para darle sazón a este mundo, así como la sal no se ve en el plato que vamos a disfrutar, debemos hacer la obra para el Señor de forma silenciosa, sin hacer mucho ruido, solamente prestando el beneficio al que lo va a degustar y en la medida necesaria.
El texto además nos habla que la sal puede perder su sabor; la exhortación del Señor es que permanezcamos siendo sal en este mundo necesitado, para que la humanidad sea preservada en medio de tanta maldad, corrupción y pecado, si nos volvemos sal insípida lo único que haremos es ser descartados tal como pasaba cuando perdía sus propiedades.
La sal es buena para condimentar, pero si pierde su sabor, ¿cómo la harán salada de nuevo? La sal sin sabor no sirve ni para la tierra ni para el abono. Se tira. ¡El que tenga oídos para oír, que escuche y entienda!».
Lucas 14:34-35 NTV
¡VAMOS A DARLE SABOR DE CRISTO A ÉSTA TIERRA!
¡Somos la sal!
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
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