SU PACIENCIA
"El Señor no tarda en cumplir su promesa, según algunos entienden la tardanza. Más bien, Él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan."
(2 Pedro 3:9)
La paciencia de Dios es uno de los mayores testimonios de Su amor y misericordia hacia nosotros. A lo largo de la Biblia, vemos cómo Él extiende Su paciencia incluso frente a la rebeldía, el pecado y la desobediencia del ser humano. Este atributo divino no es un permiso para pecar, sino una oportunidad para arrepentirnos, crecer y alinearnos con Su voluntad.
Desde la caída de Adán y Eva, Dios mostró Su paciencia al no destruir inmediatamente a la humanidad, sino que preparó un plan de redención a través de Cristo.
"Pero tú, Señor, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y grande en amor y verdad"
(Éxodo 34:6)
En el Antiguo Testamento, Israel constantemente se alejaba de Dios para seguir ídolos. Sin embargo, Dios, en Su paciencia, enviaba profetas para llamarlos al arrepentimiento.
"Muchas veces los libraste según tu gran misericordia, pero ellos volvieron a actuar con soberbia. Tú, sin embargo, por tu gran paciencia, no los abandonaste"
(Nehemías 9:28-30).
Dios sigue siendo paciente con nosotros hoy. Nos da tiempo para acercarnos a Él, reconocer nuestros errores y crecer en nuestra relación con Él.
"¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?"
(Romanos 2:4)
¿Cómo responder a SU PACIENCIA?
Debemos agradecerle y reconocer las veces que Dios ha esperado con amor por nuestro arrepentimiento.
Debemos imitar Su paciencia y ser pacientes con los demás, reflejando el carácter de Dios.
Debemos aprovechar el tiempo y no tomar Su paciencia como licencia para el pecado, sino como una oportunidad para acercarnos más a Él.
Oremos de manera personal:
Padre celestial, gracias porque tu paciencia conmigo es un reflejo de tu inmenso amor. Perdóname por las veces que he abusado de tu bondad y ayúdame a aprovechar esta oportunidad para crecer en mi fe y obediencia. Enséñame a ser paciente como Tú lo eres. En el nombre de Jesús, amén.
En conclusión la paciencia de Dios no solo nos salva, sino que también nos enseña a vivir según Su gracia. Que este día sea una oportunidad para agradecer por Su paciencia y permitir que transforme nuestras vidas.
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
Comentarios
Publicar un comentario