SUELO FIRME
Con paciencia esperé que el Señor me ayudara, y él se fijó en mí y oyó mi clamor. Me sacó del foso de desesperación, del lodo y del fango. Puso mis pies sobre suelo firme y a medida que yo caminaba, me estabilizó.
Salmos 40:1-2 NTV
Las anteriores son palabras del Rey David en momentos difíciles, aquellos momentos que cada uno de nosotros podemos experimentar y más en estos días con tantas pruebas.
El foso de la desesperación es llegar a tal punto de habitar en la soledad, el aislamiento, el miedo, la frustración o el dolor, un hueco lleno de lodo, es pensar que no hay salida, es estar atascado, es el lugar de donde deben sacarnos porque en nuestras fuerzas nunca lo podríamos hacer.
De acuerdo con el texto inicial, debemos hacer de la misma manera que el Rey David para encontrar la solución.
1. Clamar:
"él se fijó en mí y oyó mi clamor"
No debemos cansarnos de pedirle al Señor, Él siempre escucha un corazón necesitado y nunca desprecia a quien se le rinde de corazón.
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
Salmos 51:17 RVR1960
2. Esperar pacientemente:
"Con paciencia esperé que el Señor me ayudara"
Clama a mí, y yo te responderé
Jeremías 33:3a RVR1960
A veces al no ver respuesta, al tener que esperar, se vienen pensamientos de abandono, ese es el momento en el que debemos hacer caso a lo que nos dice el Salmista: "con paciencia esperé que el Señor me ayudara".
La respuesta a ese clamor llegó y fue la siguiente:
"Puso mis pies sobre suelo firme y a medida que yo caminaba, me estabilizó".
Dios quiere colocarnos en suelo firme y acompañarnos en cada paso que damos, quiere darse a conocer para estabilizar nuestros pies, ésta estabilidad está en Jesucristo quien es la Roca inamovible.
Cristo los acompañaba, y era la roca espiritual que les dio agua para calmar su sed. De esa agua espiritual bebieron todos.
1 Corintios 10:4 TLA
Si en este momento estás en el lodo cenagoso, en el fango o en el pozo de la desesperación, clama, Dios vendrá a ayudarte y te pondrá en suelo firme: Jesucristo.
Dios te bendiga
Julia Andrea Bustamante
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