¡TÚ QUE RESPIRAS!
¡Alabad a Dios en su santuario; Alabadle en la magnificencia de su firmamento. Alabadle por sus proezas; Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza. Alabadle a son de bocina; Alabadle con salterio y arpa. Alabadle con pandero y danza; Alabadle con cuerdas y flautas. Alabadle con címbalos resonantes; Alabadle con címbalos de júbilo.Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya.
Salmos 150:1-6 RVR1960
En primer lugar, el salmista nos dice dónde debemos alabar a Dios: "Alabad a Dios en su santuario; alabadle en la magnificencia de su firmamento" (Salmo 150:1). Esto significa que debemos alabar a Dios tanto en la iglesia como en la naturaleza, reconociendo su grandeza y majestuosidad en todas partes.
Además, el salmista nos muestra cómo debemos alabar a Dios: "Alabadle con trompeta; alabadle con salterio y arpa. Alabadle con pandero y danza; alabadle con cuerdas y flautas. Alabadle con címbalos resonantes; alabadle con címbalos de júbilo" (Salmo 150:3-5). Aquí vemos que podemos alabar a Dios de muchas formas diferentes, utilizando instrumentos musicales, danzas y nuestras voces. La clave es que nuestra alabanza sea sincera y proveniente de un corazón agradecido.
Finalmente, el salmista nos dice por qué debemos alabar a Dios: "Todo lo que respira alabe a Jehová. ¡Aleluya!" (Salmo 150:6). La razón principal para alabar a Dios es que él es digno de toda nuestra adoración. Él es el Creador de todo lo que existe, y merece nuestra gratitud y reconocimiento.
En resumen, el Salmo 150 nos anima a alabar a Dios con todo lo que tenemos y somos. Podemos alabarle en la iglesia y en la naturaleza, utilizando diferentes formas de expresión, y lo hacemos porque Él es digno de nuestra adoración. Que nuestra vida sea un constante himno de alabanza a nuestro Dios.
El anterior Salmo es un hermoso himno de alabanza que nos invita a alabar a Dios con todo lo que tenemos y somos. Nos muestra que la alabanza no tiene límites y que todo lo que respira debe alabar al Señor, así que:
¡ TÚ QUE RESPIRAS, ÁLABALE!
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
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