¡UN ROSTRO ILUMINADO!

Cuando Moisés descendió del monte Sinaí con las dos tablas de piedra grabadas con las condiciones del pacto, no se daba cuenta de que su rostro resplandecía porque había hablado con el Señor. Así que, cuando Aarón y el pueblo de Israel vieron el resplandor del rostro de Moisés, tuvieron miedo de acercarse a él.

Éxodo 34:29‭-‬30 NTV

Como es conocido, Moisés fue un siervo de Dios que se caracterizó por mantener una estrecha relación con Dios, a tal punto que su rostro resplandecía  y generaba temor en los que se acercaban a él. Sin duda, lo que percibieron las personas alrededor era la presencia del Señor sobre su siervo; Algo que llama la atención del pasaje de las escrituras, es que Moisés no se había dado cuenta de que su cara resplandecía y es precisamente lo que nuestro Dios desea, que sea notorio a los que necesitan ser iluminados.

¡Qué maravilloso sería que al tener contacto con alguna persona puedan percibir la presencia de Dios con nosotros! resplandecer y dar a conocer la luz de Jesús a aquellos que necesitan ser iluminados, consolados, liberados y atraídos por su inmenso amor.

Jesús habló una vez más al pueblo y dijo: «Yo soy la luz del mundo. Si ustedes me siguen, no tendrán que andar en la oscuridad porque tendrán la luz que lleva a la vida».

Juan 8:12 NTV

En la medida que permanecemos en comunión con el Señor y su palabra podremos brillar, resplandecer a otros.

»¡Levántate, Jerusalén! Que brille tu luz para que todos la vean. Pues la gloria del Señor se levanta para resplandecer sobre ti.

Isaías 60:1 NTV

 !Vamos, levántate y resplandece!

Dios te bendiga

Julia Andrea Bustamante