UNA COPA PARA BEBER
Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad. Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras.
S. Mateo 26:39, 42, 44 RVR1960
Las anteriores son palabras de Jesús en medio de su aflicción, recordemos que Él también fue hombre y sintió tristeza en su corazón, dice la palabra que era una agonía intensa por la aflicción , al punto de rogarle al Padre Celestial si era posible pasar la copa que estaba bebiendo en ese momento; la petición que hizo no puede llevarnos a pensar que estaba arrepentido de ir a la Cruz, pues la palabra de Dios nos muestra que desde antes de la fundación del mundo ya éste era su plan para redimir al mundo y Él mismo ponía su vida para volverla a tomar.
Así como Dios mi Padre me conoce, yo lo conozco a él; y de igual manera, yo conozco a mis seguidores y ellos me conocen a mí. Yo soy su buen pastor, y ellos son mis ovejas. Así como el buen pastor está dispuesto a morir para salvar a sus ovejas, también yo estoy dispuesto a morir para salvar a mis seguidores. Mi Padre me ama porque estoy dispuesto a entregar mi vida para luego volver a recibirla.
Juan 10:14-15, 17 TLA
Cuando Jesús rogaba al Padre con lágrimas que pasara de Él esa copa era precisamente para que no le permitiera morir ANTES de ir a la Cruz, pues su sudor era como gotas de sangre y tal era su agonía en el Getsemaní que sentía la muerte inminente.
Y estando en agonía, oraba con mucho fervor; y Su sudor se volvió como gruesas gotas de sangre, que caían sobre la tierra.
Lucas 22:44 NBLA
Cuando Cristo estuvo aquí en el mundo, oró mucho a Dios, y con lágrimas le rogó que lo librara de la muerte, pues Dios tenía poder para hacerlo. Y como Cristo siempre fue obediente, Dios contestó su oración.
Hebreos 5:7 TLA
En la vida hay copas demasiado duras de beber; sin embargo son necesarias y tenemos la seguridad que el propósito para lo cual Dios la permite se va a cumplir; nuestro Dios es bueno y conoce hasta donde tenemos la capacidad de soportar, así como Jesús en su humanidad lo vivió y ahora está sentado en la diestra del Padre, seremos bendecidos con un lugar en su mesa, bebiendo de la copa eterna en su presencia en el Reino de los cielos.
Mientras comían, Jesús tomó pan, y habiéndolo bendecido, lo partió, y dándoselo a los discípulos, dijo: «Tomen, coman; esto es Mi cuerpo». Y tomando una copa, y habiendo dado gracias, se la dio, diciendo: «Beban todos de ella; porque esto es Mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados. Les digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con ustedes en el reino de Mi Padre».
Mateo 26:26-29 NBLA
¡Es necesario tomar de la copa que Dios nos da a beber, antes de hacerlo a su lado en el cielo!
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
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