UNA EXCELENTE OFRENDA

 


 "Ofrece a Dios sacrificio de acción de gracias, y paga tus votos al Altísimo." 

 Salmos 50:14



En este versículo, Dios nos recuerda que la mejor ofrenda que podemos dar no es algo material, sino una vida llena de gratitud y obediencia. El sacrificio de acción de gracias implica un corazón que reconoce las bendiciones de Dios y responde con alabanza y adoración. No se trata de cumplir rituales externos, sino de un compromiso interno con Él.


A veces podemos pensar que cumplir con ciertas prácticas religiosas es suficiente, pero Dios desea algo más profundo: nuestra gratitud sincera. Cuando reconocemos todo lo que Él ha hecho por nosotros, la gratitud surge naturalmente, y esa es la verdadera ofrenda que Él espera.


"Porque no te deleitas en sacrificio, que yo daría; no quieres holocausto. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios."

Salmos 51:16-17: 


Dios no está interesado solo en los sacrificios externos, sino en un corazón humillado y agradecido. La gratitud que surge del corazón quebrantado es más valiosa para Él que cualquier sacrificio físico.


"Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre."

Hebreos 13:15


Aquí, se nos anima a dar a Dios un sacrificio de alabanza continuamente. Nuestra gratitud no debe ser ocasional, sino constante, mostrando que reconocemos su bondad en todo momento.


 "Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús."

1 Tesalonicenses 5:18


El mandato de dar gracias en todo revela que la gratitud no depende de nuestras circunstancias, sino de nuestra relación con Dios. La voluntad de Dios es que vivamos en constante acción de gracias, reconociendo su soberanía y bondad en cada situación.


Además el texto nos recuerda que debemos cumplirle a Dios todo aquello que le hemos prometido. ¿Has hecho promesa a Dios? Cumple, esa también es una Excelente ofrenda.


Oremos:

Señor, ayúdame a ofrecerte cada día una vida llena de gratitud. Que mis labios siempre confiesen tu bondad y que mi corazón esté alineado contigo en humildad y agradecimiento. Te doy gracias por todas tus bendiciones, visibles e invisibles, y te ofrezco mi adoración sincera. Amén.


Dios te continúe bendiciendo 


Julia Andrea Bustamante

Comentarios

Entradas populares de este blog

BLOG PARA SEDIENTOS