VARÓN DE DOLORES
"Despreciado y desechado entre los hombres, VARÓN DE DOLORES, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados."
Isaías 53:3-5 RVR1960
El profeta Isaías, siglos antes del nacimiento de Jesús, describió a nuestro Salvador como el "Varón de Dolores". Esta imagen nos presenta a Jesús como alguien que no solo experimentó el dolor físico, sino también el emocional y espiritual. Él fue despreciado y rechazado por aquellos a quienes vino a salvar.
Jesús entendió el sufrimiento humano de una manera profunda y personal. Él no solo vino a enseñarnos y a sanar a los enfermos, sino que también cargó con nuestras enfermedades y dolores. Cada golpe, cada herida y cada insulto que recibió fue por nuestras rebeliones y pecados. Su sacrificio no fue en vano; a través de sus heridas, recibimos la promesa de sanidad y paz.
En nuestras vidas, todos enfrentamos dolores y quebrantos. Puede ser tentador pensar que estamos solos en nuestro sufrimiento. Sin embargo, el VARÓN DE DOLORES nos asegura que no estamos solos. Jesús conoce nuestro dolor íntimamente y nos acompaña en nuestras pruebas, nuestro Señor además nos dijo que no iba a ser fácil aquí en la tierra, sin embargo, El ha vencido el mundo.
Yo les he dicho estas cosas para que en mí encuentren paz. En este mundo van a sufrir, pero anímense, yo he vencido al mundo.
Juan 16:33 NBV
Hoy, toma un momento para reflexionar sobre los dolores y desafíos que enfrentas. Recuerda que Jesús, el Varón de Dolores, ha experimentado sufrimientos similares y está contigo en cada paso del camino. Busca su consuelo y permite que su paz te llene, sabiendo que por su llaga, hemos sido curados.
Oremos:
Señor Jesús, Varón de Dolores, gracias por cargar con nuestros pecados y dolores. Gracias por entender nuestro sufrimiento y por darnos paz a través de tu sacrificio. Ayúdanos a recordar que nunca estamos solos, que Tú siempre estás con nosotros, especialmente en nuestros momentos más difíciles. Que podamos encontrar consuelo en tu amor y fortaleza en tu ejemplo. Amén.
Dios te continúe bendiciendo
Julia Andrea Bustamante
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