¿Y SI ESTOY EQUIVOCAD@?
El corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente sabe qué tan malo es? Pero yo, el Señor, investigo todos los corazones y examino las intenciones secretas. A todos les doy la debida recompensa, según lo merecen sus acciones.”
Jeremías 17:9-10 (NTV)
El corazón humano puede ser
engañoso. Podemos aparentar bondad o hacer cosas correctas, pero por motivos
equivocados. Este versículo nos recuerda que solo Dios conoce completamente
nuestro interior. Él sabe lo que nadie más puede ver: nuestras verdaderas
intenciones.
En un mundo donde las apariencias
importan tanto, Dios mira más allá de lo visible. Él observa la motivación
detrás de nuestras palabras y acciones. Y no solo observa: también recompensa
con justicia, según lo que ve dentro de cada uno.
“La gente puede
considerarse en lo correcto según su propia opinión, pero el Señor examina el
corazón.”
Proverbios 21:2
(NTV)
Este versículo muestra que no
siempre somos buenos jueces de nosotros mismos. Podemos convencernos de que
estamos bien, pero Dios ve más allá de nuestras excusas o autojustificaciones.
Por eso es tan importante dejar que Él examine nuestro corazón, para saber si
realmente estamos caminando en Su voluntad.
“Examíname, oh
Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos. Señálame
cualquier cosa en mí que te ofenda, y guíame por el camino de la vida eterna.”
Salmo 139:23-24
(NTV)
Este pasaje es una oración
humilde y valiente. Es decirle a Dios: "Muéstrame lo que está mal en mí,
incluso si no lo veo". Pedirle que nos examine no es fácil, pero es
necesario si queremos crecer espiritualmente. Solo Él puede limpiar lo que estorba
y guiarnos hacia una vida plena, recta y eterna.
¿Qué tal si cada uno nos hacemos las siguientes preguntas?
¿Estoy actuando desde un corazón
puro, o solo estoy tratando de parecer correcto ante los demás?
¿Le he pedido a Dios que revise mi interior hoy?
¿Y que tal si estoy equivocad@?
Oremos:
Señor, a veces no entiendo mis
propios pensamientos o intenciones. Examina mi corazón. Límpiame de todo lo que
no te agrada. Enséñame a vivir con sinceridad, con un corazón puro y honesto
delante de ti. Dirígeme por el camino correcto y ayúdame a hacer tu voluntad,
en el nombre de Jesús, Amén.
Dios te continúe
bendiciendo
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