TERCOS COMO EL MULO

 

Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.  No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, Que han de ser sujetados con cabestro y con freno, Porque si no, no se acercan a ti.

Salmos 32:8‭-‬9 RVR1960

Las anteriores palabras son el llamado de atención de Dios a un pueblo obstinado, al cual  hay que insistirle permanentemente para que tome el camino indicado, al punto de compararnos con los mulos que no tienen entendimiento.

El Señor conoce muy bien que la tendencia de los seres humanos es tomar caminos errados que hacen que nos desviemos de su propósito.

Es muy bonito saber que nuestro Padre Celestial tiene sus ojos puestos en sus hijos, por esto nos exhorta al decirnos: Te haré entender y te enseñaré el camino, sobre ti fijaré mis ojos. Su mirada no se quita ni un segundo de nosotros.

Así que, si estamos en el camino equivocado nuestro Señor nos hará entender de alguna manera, que el único camino que debemos tomar es Él. Recordemos que Jesucristo es el único camino para llegar a nuestro Padre.

Oremos:

Padre celestial, sabes que te amamos y que nuestro anhelo es estar siempre en tu camino, reconocemos que solo a través de Jesús tenemos entrada al cielo, no permitas que nos desviemos que nos ayudes a buscarte solo a ti, danos discernimiento para conocer lo que te agrada y lo que no te honra. Te lo pedidos en el nombre de Jesús, Amén.

Dios te bendiga

Julia Andrea Bustamante