TIBIO=PELIGRO

  

Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

Apocalipsis 3:15‭-‬16 RVR1960

En el anterior versículo, Jesús se dirige a la iglesia de Laodicea y les advierte sobre el peligro de la tibieza espiritual. Ser tibio implica una falta de compromiso y pasión por la fe. Jesús desea que seamos fervorosos en nuestro amor y servicio hacia Él, recordar de dónde nos sacó hará que permanezcamos con un fe ardiente y anhelante de su presencia.

Oh Dios, tú eres mi Dios; de todo corazón te busco. Mi alma tiene sed de ti; todo mi cuerpo te anhela en esta tierra reseca y agotada donde no hay agua. Te he visto en tu santuario y he contemplado tu poder y tu gloria.

Salmos 63:1‭-‬2 NTV

La tibieza espiritual puede manifestarse de diferentes maneras, como la falta de interés en la lectura y estudio de la Biblia, la poca frecuencia en la oración, la falta de compromiso con la iglesia y la indiferencia hacia las necesidades espirituales de los demás.

Es importante recordar que Dios nos llama a ser fervientes en nuestra relación con Él. Su deseo es que estemos completamente entregados, ardientes en nuestro amor y servicio hacia Él. La tibieza espiritual puede alejarnos de la comunión íntima con Dios y limitar nuestro crecimiento espiritual.

En lugar de ser tibios, debemos buscar constantemente la renovación de nuestro compromiso con Dios. Esto implica buscar su presencia a través de la oración, estudiar su Palabra y obedecer sus mandamientos. También implica servir a los demás con amor y compasión, compartiendo el mensaje de salvación con aquellos que aún no conocen a Cristo.

¡Ser tibio es igual a estar en peligro !

Oremos: Querido Dios, perdona cualquier área de tibieza espiritual en mi vida. Ayúdame a ser ferviente en mi amor y servicio hacia ti. Dame un corazón apasionado por tu Palabra y un compromiso constante con la oración. Ayúdame a ser una luz brillante en este mundo oscuro. En el nombre de Jesús, amén.

Dios te continúe bendiciendo

Julia Andrea Bustamante